viernes, 21 de diciembre de 2007

DomoBluff

La palabra domótica proviene de la contracción de las palabras Domo (hogar en latín, aprovecho desde aquí para acordarme de mi profesa de latín del instituto, sin duda la profesora más sensual que nunca he tenido y que hizo que me quedara alelado siempre que ella declinaba el rosa/rosae con su cautivadora voz, por cierto saqué sobresaliente en latín) y Robótica.

Viene a significar algo así como el conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar, comunicaciones, etc, etc, etc.

Ya empezamos mal; una cosa que no es muy concreta y clara y que para definirla hay que recurrir al conjunto de muchas cosas ya no empieza bien en el mundo del marketing y los negocios. Los grandes éxitos se definen muy rápido, bien con unas palabras, bien con una foto publicitaria o bien con un spot de 20 segundos. Por ejemplo: el teléfono móvil, un reproductor MP3, la Wii, el cubo de Rubik.

A propósito que he mencionado el teléfono móvil, la domótica viene de los años ochenta y es anterior al teléfono móvil, o por lo menos al móvil GSM, y sin embargo no acaba de despegar, mientras que del teléfono móvil no hace falta hablar. Llevo oyendo desde hace muchos años en conferencias, ferias y saraos varios el cuento de que el próximo año será el del despegue de la domótica, pero parece que esto no ocurre nunca. Los datos son confusos, pero hay quien habla de que sólo el 0,2% de las viviendas construidas en 2006 incorporaban domótica. Los más optimistas elevan la cifra hasta el 4%, pero aun así sigue siendo algo testimonial. Eso sí, la patronal del ramo prevé una explosión en los próximos años, aunque claro, pregunta a la patronal del preservativo femenino y te dirá lo mismo.

La proliferación y confusión de estándares en torno a la domótica no ayudan tampoco a su avance. Tenemos entre otros: X10, INSTEON, KNX, System Box, LonWorks, Crestron, C-Bus, Universal powerline bus (UPB), UPnP, ZigBee , Z-Wave.

Además el medio de transmisión tampoco está definido y los datos pueden viajar por cable (par trenzado, fibra óptica, coaxial, red eléctrica, cresnet), por radio (Wi-Fi, GPRS, UMTS, Bluetooth, DECT, ZigBee, Z-Wave, EnOcean) y finalmente por infrarrojos.

Si ya resulta muy difícil explicar a un consumidor, la diferencia entre dos cosas muy cotidianas hoy en día como un Plasma y un LCD, como es posible explicarle cual de los estándares o medio de transmisión es el más interesante para sus necesidades. Es casi tarea imposible.

Alguien puede pensar: también hay muchas marcas y modelos de coches. Si vale, bien, pero todos funcionan con la misma gasolina (o gasoil) y se compran con la vista. Los protocolos y los cables que van escondidos, no molan.

Entonces es cuando viene la parte de explicar las grandes funcionalidades de la domótica. Que si puedes programar el encendido de las luces de la casa, que si puedes poner la calefacción en marcha temporizadamente, que si puedes subir y bajar las persianas automáticamente, que si puedes enchufar el horno o la lavadora desde tu lugar de trabajo por Internet o con un SMS, que si la seguridad de la vivienda queda integrada en todo el sistema, que si…

Bien, entonces el consumidor que no es tonto (a pesar de lo que digan los periodistas) se para a pensar un poco y analiza una a una las supuestas ventajas:

Encendido de luces: Puede ser interesante encenderlas a algunas horas cuando me voy de vacaciones para que los cacos se crean que está ocupado, lo dijo un expoli muy simpático que sale en la tele y que ahora es periodista. Pero bueno, me ha dicho mi sobrino Paquito que venden en el Lidl/Aldi unos programadores digitales que se ponen en el enchufe y que puedes programar encendidos diarios, aleatorios, etc, y encima por 20 euros te dan un pack de 3 enchufes. Casi llamo a mi sobrino y que me los compre la semana que los pongan de oferta para este verano cuando me vaya de vacaciones.

Calefacción: La domótica permite programar todo el encendido de la calefacción y el control de la temperatura. Pero bueno, el termostato digital este que tenemos, ya hace eso, ¿no?. Si, pero no puedo encenderla desde el trabajo. Pero la verdad, vuelto todos los días del trabajo a la misma hora, así que con programarla con la opción de lunes a viernes para que se encienda media horita antes al llegar ya lo tengo resuelto, y no tengo que preocuparme en el trabajo de mandar el SMS.

Persianas automáticas: Parece una cosa muy interesante, sobre todo porque no hay que estirar de la correa (que se ensucia mucho) o no hay que darle a la manivela (como un organillero). Aunque claro, eso es gracias al motor que lleva la persiana. Pues la vecina de arriba lo tiene puesto y no tiene domótica. Efectivamente, porque el valor principal de estos sistemas es el motor eléctrico, que se puede accionar con un interruptor y que es la parte cara y compleja de instalar (sobre todo en persianas ya puestas). La domótica sólo añade el control remoto, que es un valor, si, pero muy pequeño en comparación al otro.

Horno y Lavadora: ¡Que bien!, puedo encender el horno y la lavadora desde el trabajo y cuando llego a casa tengo la comida hecha y la ropa lavada. Pero, ¡anda!, antes de irme al trabajo tendría que llenar la lavadora de ropa y ponerle el detergente y el suavizante. ¡Uff!, y el pollo tengo que prepararlo, sazonarlo y meterlo en el horno. Pues ya, casi de paso en ese momento, le doy al encendido diferido que lleva mi horno y mi lavadora, para que acaben justo cuando llego de trabajar. No me vale mucho la pena encenderlos desde el trabajo, o con un super-mando-a-distancia-chachi-piruli mientras estoy en el WC.

Seguridad de la vivienda: La alarma quedaría integrada en el sistema domótico. Suena bien, pero no entiendo que quiere decir. Mi alarma de ahora pita si entran a robar, y además me llama a mi móvil para que yo llame al portero o la poli y si comunico llama al de mi esposa/o. Si está “integrada” ¿que más hará?. Igual me manda un email. ¿Pero para que quiero yo un email de mi alarma? No acabo de pillar la ventaja.

Pues bueno, seguro que se os ocurren algunas cosas del mismo estilo y casi siempre se llega a la misma conclusión: con lo que tengo me apaño bien. Y es que las ventajas iniciales de la domótica han ido siendo superadas por cosas mucho más sencillas, baratas, prácticas y simples en concepto, que muchas veces no necesitan ser integradas.

No quiero con esto que ninguna empresa de domótica se ofenda, de hecho creo que la domótica si que tiene futuro, pero quizá ahora más en la línea de soluciones relacionadas con el ahorro energético. Luces que se apaguen cuando las personas salen, luces que regulan la luminosidad en función de diferentes parámetros de confort, sistemas comandados por algoritmos de inteligencia artificial que aprendan de las rutinas de una familia en el hogar y optimicen los recursos... Por ejemplo, la luz LED, extremadamente eficiente energéticamente, está experimentando un gran empuje, y la regulación de su intensidad (que es más fácil y eficiente que en otro tipo de lámparas) representa una gran oportunidad para el sector de la electrónica y la domótica.