miércoles, 7 de mayo de 2008

Radio Ulldecona

Hoy ha llegado a mi e-mail una soflama de una de esas asociaciones que siguen fomentando el enfrentamiento de los valencianos con el pueblo catalán y que siguen insistiendo en que estamos dominados por una horda de catalanismo cultural que mancilla la esencia de la lengua valenciana. Para justificar su propia existencia y sentido, utilizan como pretexto una ortografía y gramática que aunque valenciana, es algo antigua por tener ya algunos siglos, pero que mezclada con algunos castellanismos asentados por la falta de escuelas y medios de comunicación en Valencià durante muchos años y junto a escribir las palabras tal como se pronuncian en un acento concreto, generalmente el de la comarca de l’Horta (Valencià Apitxat), consiguen escribir las frases de una manera un poco diferente intentando justificar lo injustificable.

A partir de este momento, por las evidencias que acabo de comentar, para ellos soy un catalanista, odio mi patria valenciana y me encanta bailar la sardana. Nada más lejos de la realidad, me encanta mi tierra, y el carácter de los valencianos. Cuando hablo me gusta hacerlo con acento valenciano y empleando las palabras y los giros que utiliza la gente de mi comarca. Además, creo que tengo una habilidad especial, para reconocer estos giros idiomáticos y utilizarlos, según la comarca de la Comunitat donde me encuentre.

Pero el motivo de esta entrada en el blog, no es entrar en polémicas sobre algo que parece evidente y que cualquiera con un mínimo de cultura y una mínima apertura mental puede apreciar, sino contar una cosa muy relaciona con esto y que fue a la vez aleccionadora y divertida.

Volvía en coche hace unos pocos días de Barcelona. Era por la tarde y circulaba por la AP-7 (€€€), que por cierto ya debería ser gratis desde principios de 2007, pero que en 1997 el gobierno central a través del ministro Rafael Arias Salgadoy con el apoyo que Eduar do Zaplana y el entonces conseller Luis Fernando Cartagena, firmaron un acuerdo con Aumar, plasmado en el Real Decreto 1674/97, por el que se prorrogaba la vigencia del peaje hasta el 2019 a cambio de una inversión de 5.000 millones de pesetas en mejoras (la salida de Terra Mítica) y una rebaja del precio del peaje entre el 30 y el 40%. Hoy han recuperado esa rebaja y muchísimo más, i tots ens ca**em en la m*re que els va p**ir cada volta que parem a la caseta.

Pero volviendo al asfalto, resulta que ya estaba aburrido del CD de la OMD que venía escuchando en el coche y decidí poner la radio. Al darle a la palanca, apareció una emisora en la que había dos periodistas hablando en Valencià. Uno era el locutor de un programa de Radio Ulldecona y el otro era un periodista de Vinarós que estaba contando desde su móvil una noticia de última hora de su pueblo. Al principio oía la noticia con interés, pues el periodista la estaba contando con tanta pasión y satisfacción y ponía tanto empeño en la misma que resultaba hasta gracioso oírle. Inicialmente no caí en el detalle pero luego me di cuenta. Ulldecona es el pueblo más al sur de Catalunya en la comarca del Montsià y Vinarós es el pueblo más al norte por la costa de la Comunitat Valenciana en la comarca del Baix Maestrat, muy famoso por sus langostinos. Una imagen de Google Maps de esta zona os dará una idea más aproximada. La salida de la AP-7 (€€€) Nº 42 ULLDECONA-VINAROS da servicio a las dos poblaciones.

La conversación entre los dos resultaba amena, y el acento de su Valencià (¿o era Català?) me resultaba agradable al oído. Encontraba un acento que era un término medio entre dos que conozco muy bien, el de La Plana de Castelló y el de la comarca de Els Ports. Si queréis leer algo que escribí sobre Els Ports, os remito a una entrada de mi blog del año pasado donde entre otras cosas hago referencia al acento del Valencià de Els Ports.

Por la conversación entre ellos, y una serie de referencias que hicieron, quedaba claro que el locutor de radio Ulldecona era natural de allí, y el de Vinarós era del poble de tota la vida. Llegados a este punto, me di cuenta que me resultaba imposible distinguir por el acento, que locutor era el de Ulldecona y cual el de Vinarós, cual era el Català y cual el Valencià.

Me hubiera gustado que la radio de mi coche pudiera grabar el programa, y haberlo enlazado aquí en un fichero MP3. En cualquier caso no hace falta, podéis oír la emisora por Internet y comprobarlo en algún momento. Además, si entras en la página web de inicio de la emisora podrás ver que tanto su programación como su cobertura radioeléctrica están orientadas a todas las comarcas fronterizas de Catalunya, la Comunitat Valenciana y Aragón. Como dicen en su web: a banda i banda del riu Sénia. Las gentes de esas comarcas limítrofes no tienen los problemas mentales que se montan algunos en el Cap i Cassal con este tema, simplemente llevan hablando entre ellos de forma natural muchos siglos.

Estaría bien, que cuando alguien intenta fomentar el odio y el separatismo lingüístico, como medida sosegadora y reconciliadora simplemente se le pusieran unas grabaciones de Radio Ulldecona. Además se podría retar a la gente, a que adivinara de que lado del río Sénia es cada una de las personas que está hablando en cada momento. Cuando hablé de la comarca de Els Ports, si que identifiqué el riu de les truites como una frontera tanto política como lingüística, pero en el caso de hoy es evidente que lo es sólo de la primera especie.

Probablemente si subiéramos un poco más al norte y bajáramos un poco más al sur, ya podríamos notar la diferencia de acentos y quizá algo en el vocabulario habitual. Alguno podría pensar que calculando el punto medio habríamos dado con la frontera lingüística entre Català y Valencià. ¿Pero que ocurre si comparamos el acento de Morella con el de Meliana? ¿O el de Meliana con el de Alcoi? La diferencia es también muy notable. Incluso dentro de una misma comarca, por ejemplo La Safor que conozco muy bien, no hablan exactamente igual en el Grau de Gandia (apitxat saforenc) que en pueblos un poquitín más al interior, como en Rafelcofer que nasalizan todas las vocales.

Recuerdo una cosa que me contaba mi abuelo, que ahora tiene casi 90 años. El es de Vilafranca (Els Ports) y en los años 60 emigró a València i montó una bodega que luego fue derivando a tienda de alimentación (tengo pendiente una entrada en el blog sobre mi infancia y la tienda de mi abuelo). Pues bien, me contaba que los clientes valenciano-parlantes del barrio de Montolivet, le decían a mi abuelo y a sus hijas que si eran catalanes. En aquella época que el Valencià en la tele y la radio no existía y que la gente viajaba poco, resultaba comprensible que aquel acento del nord de castelló tan diferente al apitxat que hablaban en l’Horta resultara extraño a la gente. Mi abuelo no decía, ni dice ni creo que dirá en los pocos años de vida que le quedan, creilles, perque en Vilafranca mai s’ha dit aixina. Tampoco dirá patates, a Vilafranca es diu “pataques” de tota la vida. Ni dirá nosatres, ni nosaltres, perque en Vilafranca es diu “natros”.

¿Es mi abuelo menos valenciano, que mi amigo Paco del Grau, mi amiga Xelo de Rafelcofer o aquel periodista tan gracioso de Vinarós que oí en la autopista charlar con el de Ulldecona?

Contra la intolerancia, la manipulación y la idiotez, “Radio Ulldecona”.

domingo, 13 de abril de 2008

Proceso aleatorio

El sentido de la vida, es uno de los conceptos filosóficos más tratados en la literatura, en los que más nos paramos a reflexionar las personas y por tanto uno de los más populares. El enfoque que cada persona tiene cuando habla u opina del sentido de la vida, está condicionado por su cultura, sus conocimientos, su forma de ser o por la temática de su trabajo o sus estudios. Este último factor, el trabajo, la actividad o los estudios (si es filólogo, historiador, médico, ingeniero, físico, etc) es en mi opinión bastante importante, o al menos interesante para analizar.

Simplemente párate a pensar si crees que un físico que estudia el origen del universo o la física de las partículas elementales, puede tener la misma visión del sentido de la vida que un poeta. O piensa si un antropólogo de los que trabaja en las ruinas de Atapuerca, o un biólogo de los que manipula el ADN de las especies, puede sentir lo mismo que el párroco de un pequeño pueblecito, o lo mismo que un terrorista que se inmola en un atentado.

Yo creo que no piensan lo mismo. Pero hay mucho más. Volviendo a estas profesiones punteras, imaginaros lo que deben pensar aquellos que están tratando con las claves de la vida, los físicos que ya tiene prácticamente claro como se formó el Universo, que cada dato que envía una sonda espacial, cada medida que realiza el último telescopio, viene a confirmar y a concretar en cifras el momento del BigBang, las cantidades de masa, el tamaño y la composición del Universo. Si nos vamos del lado de la biología, nos damos cuenta que los humanos no somos más que unos animales un poco más evolucionados. Nuestro ADN es común en gran medida al de una mosca y prácticamente igual al de un mono. Simplemente hemos tenido la suerte de desarrollar un cerebro lo suficientemente potente para tomar conciencia de nuestra existencia y superar enormemente al resto de las especies. Sobre lo que diferencia al hombre del resto de los animales, los científicos no se ponen de acuerdo. Muchos animales tienen una cultura que trasmiten dentro de su manada, otros saben hacer herramientas, otros tiene un lenguaje de comunicación entre ellos. Lo que si está claro es que nosotros los humanos, tenemos todas esas habilidades a la vez y además muy aumentadas sobre el resto de los animales. Somos la especie dominante en la Tierra.

Con los argumentos anteriores, para razonable pensar que también existiría la posibilidad de que un animal se planteara el sentido de la vida. Aunque no puedan, al menos tienen el mismo derecho que nosotros. Si le preguntas a un biólogo experto en ADN, te confirmará que un chimpancé tiene casi el 99% del derecho que tú tienes a plantearse el sentido de su vida. Si juntas a un antropólogo de Atapuerta y a un abogado de la ONU experto en derechos humanos, los encierras en una habitación y les dices que discutan si el hombre de Neandertal, que empezaba a hablar con un lenguaje tosco, y destripaba con piedras afiladas a los animales, tendría derecho a que se le aplicaran los derechos humanos, probablemente acabarían poniéndose de acuerdo en que sí. Precisamente este fin de semana se ha publicado un reportaje divulgativo en el diario El País sobre los Neandertales, que habitaron Europa hace 200.000 años y que todavía no sabemos como desaparecieron, para ser sustituidos por el Homo sapiens que colonizó Europa.

Reconstrucción de un niño de Neandertal

Como la evolución, tanto del Universo, como de las especies en la Tierra es un proceso tan lento y tan progresivo, resulta muy difícil determinar el punto de inflexión que nos hace especiales, que nos da derecho a plantearnos el sentido de la vida y que nos da la libertad de disfrutar de la misma y reflexionar en todas estas cosas.

¿Y cómo hemos llegado hasta lo que somos? Pues básicamente, por la evolución de las especies. ¿Y como evolucionan? Por combinaciones aleatorias de ADN. Si la combinación que se forma cuando nace un nuevo individuo produce una vida más adaptada del mismo al entorno del planeta Tierra en el que vive, pues se reproduce más, y va mejorando la especie en detrimento de otras mutaciones menos válidas.

¿Entonces nuestra vida que es? Básicamente un proceso aleatorio, resultado de otros procesos aleatorios anteriores. Cuando nacemos se inicia el proceso aleatorio de nuestra existencia. Como buen proceso aleatorio tiene una media que se traduce en los diferentes aspectos del físico de nuestro cuerpo y de nuestro cerebro. Es decir, nacemos condicionados por la mezcla aleatoria de los genes del ADN de nuestros padres y además ligeramente mutados. Pero a partir del nacimiento nos incorporamos al mundo y se inicia el proceso aleatorio, la media ya la tenemos, pero la varianza es también muy alta. La educación, el entorno, la situación social y la propia varianza del proceso aleatorio determinarán nuestra vida. La misma podrá ser larga o corta, pero siempre tiene un final.

Muchas veces las personas se quejan de que la vida es injusta, o que está siendo injusta con ellos. Si te ocurre eso piensa que la vida no es justa ni injusta, no es nada más que un proceso aleatorio. ¡ Disfruta de su realización y controla la varianza !

martes, 12 de febrero de 2008

Áreas del pensamiento

¿Alguna vez te has parado a pensar cuales son los temas en los que ocupas el tiempo de pensamiento y reflexión de tu cerebro?. Me refiero a esas cosas que te preocupan lo suficiente como para dedicarles un tiempo de CPU de esa computadora biológica llamada cerebro, de la que la naturaleza nos ha dotado a los humanos.

El otro día, me desperté más temprano de lo normal, y volví a pensar en esto. Después de reflexionar un rato creí haber encontrado una clasificación para los temas de mis pensamientos, lo que podrían ser las zonas o áreas del pensamiento.

La primera de ellas sería el área que comprende los pensamientos y preocupaciones relacionados con la familia y los seres queridos. Aquí se incluyen según los casos, el esposo/a, los hijos, el novio/a, los padres, los hermanos, etc. Son todas aquellas personas que te importan y a las que te debes en mayor o menor medida. En el caso de hijos pequeños, el esfuerzo mental puede ser de los más importantes, puesto que la responsabilidad sobre su educación recae sobre ti. Cuanto mayor es la debilidad de la persona, mayor es el esfuerzo mental que te puede implicar. Aunque fundamentalmente incluyo aquí a la familia, en algunos casos, determinados amigos pueden incluirse en este apartado.

La segunda área es la relacionada con el trabajo. La mayor parte de personas que tenemos un trabajo, ocupamos alrededor de 8 horas diarias en el mismo. Sin embargo, la dedicación mental al mismo puede ser muy variable. No es lo mismo ser el dueño de una empresa, que el responsable de un departamento, que estar realizando una tarea repetitiva en una cadena de producción. Para muchas personas el trabajo es una parte fundamental de su vida y les realiza como persona. Para otras, el trabajo es una mera forma de conseguir un salario para vivir. Entre los extremos existen por supuesto posiciones intermedias. Obviamente el trabajo no es sólo una forma de ganar de dinero, para muchos es también una forma de situarse socialmente y algunos casos una competición o reto personal por llegar más alto o tener más poder. Para otros el trabajo es una pasión, algo que les gusta hacer y les llena de emociones y alegrías no necesariamente económicas. Muchos científicos se incluyen en este caso. La relación de cada persona con su trabajo es particular y puede variar a lo largo de la vida en función de muchas cosas, entre ellas la necesidad de dedicación a la primera de las áreas.

La tercera área de pensamiento es la relacionada con el mundo que nos rodea. Aquí se incluyen todos nuestros pensamientos relacionados con la política, la economía, la tecnología, los avances científicos, la contaminación, el cambio climático, las guerras, la violencia, la injusticia, el hambre y la pobreza en el mundo, etc. Son precisamente los temas relacionados con las noticias que se cuentan en la prensa y en los informativos de radio y televisión. La dedicación de nuestros pensamientos a estos temas también es muy variable entre personas. Hay quien pasa de la política o hay quién está muy implicado en ella. Hay quien dedica su vida a una ONG y hay quien no se siente responsable de los problemas de la humanidad. Hay quien vive de espaldas a los avances tecnológicos y hay quien es un friki de la tecnología. Pienso que la cultura de una sociedad está íntimamente relacionada con la información que consume sobre lo que pasa en el mundo. Y no me refiero sólo a los informativos, sino también a programas divulgativos de radio, televisión y ensayos de prensa, que hagan meditar a las personas sobre lo que ocurre en nuestro planeta, que sean conscientes de la realidad y que puedan extraer sus propias conclusiones. A los niños en las escuelas se les enseñan muchas cosas, pero desafortunadamente no se les enseña a analizar el mundo que les rodea y a extraer sus propias conclusiones. Al final, siguen más los acontecimientos de un reality show de la TV, que otras cuestiones mucho más importantes que tendrán una gran influencia en su futuro. No hay nada peor que la ignorancia.

La cuarta de las áreas del pensamiento es la que más dificultad entraña para ser definida. En un principio, en mi caso, la vi clara. La cuarta área es el Universo, entendiendo como tal, la inmensidad del mismo, la pequeñez de la Tierra, las leyes universales de la física y los misterios y temas por resolver relacionados con el mismo, como su origen, su futuro, sus dimensiones, etc. Cuando me pongo a pensar en el mismo, los problemas del planeta Tierra parecen menudencias y su importancia queda fuertemente acotada. La mejor manera de entender a lo que me refiero es fácil, basta con ver algunos capítulos de una obra maestra de la divulgación científica, la serie de TV Cosmos de Carl Sagan. Fue a principios de los 80, cuando apenas acababa de entrar la TV a color en mi casa, cuando pusieron Cosmos en la tele. Era una serie que emocionaba, y hacía pensar en cosas en las que nunca habíamos pensado. Lo único que sabíamos del Universo por la escuela era la lista de los 9 planetas de memoria. Aquí se contaba mucho más. Fue la primera vez que pensé en esta cuarta área y desde entonces, cualquier información sobre la misma, la consumo con pasión. Comprender el Universo y las leyes que lo rigen, no está de momento al alcance del cerebro humano y probablemente nunca lo estará, quizá porque el cerebro humano en un simple producto casual del mismo y no está formado para poder entenderlo. En cualquier caso, se ha evolucionado mucho en la comprensión del mismo, pero conforme se avanza y se descubren nuevas cosas, aparecen otras lagunas por resolver. Precisamente, una de esas lagunas, es una pequeña partícula subatómica denominada Boson de Higgs, que predice la física cuántica pero que nunca se ha podido localizar y que si no hay más retrasos será confirmada (o no) este año 2008 mediante el enorme acelerador de partículas que se está acabando cerca de la ciudad de Ginebra, el Large Hadron Collider (LHC). Sin embargo aunque esta partícula aparezca y complete el modelo estándar de la física cuántica, algo tan habitual como la gravedad todavía no puede ser explicado/integrado en el mismo. La materia oscura del Universo es otra incógnita más por explicar.

Hasta aquí terminé esa madrugada con la clasificación personal de las áreas de pensamiento. Sin embargo, durante una cena con unos amigos y tras unas copas de vino, no se como, acabé contándoles esta clasificación. Me escucharon atentos y no se rieron de mí, sino todo lo contrario, algunos de ellos me apuntaron que para ellos existía otra área de pensamiento. Cada uno la comentó a su manera, pero todas ellas convergían en una dirección: el sentido de la vida, que hay después de la muerte, porque existimos, incluso sin llegar a nombrarlo estaban apuntando hacia la existencia de Dios. Entonces me quedé sorprendido. En mis pensamientos había olvidado por completo estos pensamientos e ideas tan antiguos como la humanidad. Había pasado por alto la religión. Como dice Eduard Punset “Dios es cada vez más pequeño y la ciencia es cada vez más grande."

Cuando en mi vida personal me aparecen problemas en las dos primeras áreas de pensamiento, pienso en la tercera área de pensamiento, en todos los problemas mucho más graves que pasan en el mundo. Cuando todas la noticias son malas, me pongo un capítulo de Redes o uno de Cosmos e intento abrir mi mente. Pero a pesar de todo somos humanos, somos algo físico y necesitamos de los pequeños placeres de la vida para ser felices, así que nunca viene mal alimentar nuestro cuerpo y mente con estos placeres: el sexo, la gastronomía, la cultura, la música, el cine, el teatro, la práctica de un deporte, salir con los amigos, etc, etc. ¡Sed felices!

viernes, 21 de diciembre de 2007

DomoBluff

La palabra domótica proviene de la contracción de las palabras Domo (hogar en latín, aprovecho desde aquí para acordarme de mi profesa de latín del instituto, sin duda la profesora más sensual que nunca he tenido y que hizo que me quedara alelado siempre que ella declinaba el rosa/rosae con su cautivadora voz, por cierto saqué sobresaliente en latín) y Robótica.

Viene a significar algo así como el conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar, comunicaciones, etc, etc, etc.

Ya empezamos mal; una cosa que no es muy concreta y clara y que para definirla hay que recurrir al conjunto de muchas cosas ya no empieza bien en el mundo del marketing y los negocios. Los grandes éxitos se definen muy rápido, bien con unas palabras, bien con una foto publicitaria o bien con un spot de 20 segundos. Por ejemplo: el teléfono móvil, un reproductor MP3, la Wii, el cubo de Rubik.

A propósito que he mencionado el teléfono móvil, la domótica viene de los años ochenta y es anterior al teléfono móvil, o por lo menos al móvil GSM, y sin embargo no acaba de despegar, mientras que del teléfono móvil no hace falta hablar. Llevo oyendo desde hace muchos años en conferencias, ferias y saraos varios el cuento de que el próximo año será el del despegue de la domótica, pero parece que esto no ocurre nunca. Los datos son confusos, pero hay quien habla de que sólo el 0,2% de las viviendas construidas en 2006 incorporaban domótica. Los más optimistas elevan la cifra hasta el 4%, pero aun así sigue siendo algo testimonial. Eso sí, la patronal del ramo prevé una explosión en los próximos años, aunque claro, pregunta a la patronal del preservativo femenino y te dirá lo mismo.

La proliferación y confusión de estándares en torno a la domótica no ayudan tampoco a su avance. Tenemos entre otros: X10, INSTEON, KNX, System Box, LonWorks, Crestron, C-Bus, Universal powerline bus (UPB), UPnP, ZigBee , Z-Wave.

Además el medio de transmisión tampoco está definido y los datos pueden viajar por cable (par trenzado, fibra óptica, coaxial, red eléctrica, cresnet), por radio (Wi-Fi, GPRS, UMTS, Bluetooth, DECT, ZigBee, Z-Wave, EnOcean) y finalmente por infrarrojos.

Si ya resulta muy difícil explicar a un consumidor, la diferencia entre dos cosas muy cotidianas hoy en día como un Plasma y un LCD, como es posible explicarle cual de los estándares o medio de transmisión es el más interesante para sus necesidades. Es casi tarea imposible.

Alguien puede pensar: también hay muchas marcas y modelos de coches. Si vale, bien, pero todos funcionan con la misma gasolina (o gasoil) y se compran con la vista. Los protocolos y los cables que van escondidos, no molan.

Entonces es cuando viene la parte de explicar las grandes funcionalidades de la domótica. Que si puedes programar el encendido de las luces de la casa, que si puedes poner la calefacción en marcha temporizadamente, que si puedes subir y bajar las persianas automáticamente, que si puedes enchufar el horno o la lavadora desde tu lugar de trabajo por Internet o con un SMS, que si la seguridad de la vivienda queda integrada en todo el sistema, que si…

Bien, entonces el consumidor que no es tonto (a pesar de lo que digan los periodistas) se para a pensar un poco y analiza una a una las supuestas ventajas:

Encendido de luces: Puede ser interesante encenderlas a algunas horas cuando me voy de vacaciones para que los cacos se crean que está ocupado, lo dijo un expoli muy simpático que sale en la tele y que ahora es periodista. Pero bueno, me ha dicho mi sobrino Paquito que venden en el Lidl/Aldi unos programadores digitales que se ponen en el enchufe y que puedes programar encendidos diarios, aleatorios, etc, y encima por 20 euros te dan un pack de 3 enchufes. Casi llamo a mi sobrino y que me los compre la semana que los pongan de oferta para este verano cuando me vaya de vacaciones.

Calefacción: La domótica permite programar todo el encendido de la calefacción y el control de la temperatura. Pero bueno, el termostato digital este que tenemos, ya hace eso, ¿no?. Si, pero no puedo encenderla desde el trabajo. Pero la verdad, vuelto todos los días del trabajo a la misma hora, así que con programarla con la opción de lunes a viernes para que se encienda media horita antes al llegar ya lo tengo resuelto, y no tengo que preocuparme en el trabajo de mandar el SMS.

Persianas automáticas: Parece una cosa muy interesante, sobre todo porque no hay que estirar de la correa (que se ensucia mucho) o no hay que darle a la manivela (como un organillero). Aunque claro, eso es gracias al motor que lleva la persiana. Pues la vecina de arriba lo tiene puesto y no tiene domótica. Efectivamente, porque el valor principal de estos sistemas es el motor eléctrico, que se puede accionar con un interruptor y que es la parte cara y compleja de instalar (sobre todo en persianas ya puestas). La domótica sólo añade el control remoto, que es un valor, si, pero muy pequeño en comparación al otro.

Horno y Lavadora: ¡Que bien!, puedo encender el horno y la lavadora desde el trabajo y cuando llego a casa tengo la comida hecha y la ropa lavada. Pero, ¡anda!, antes de irme al trabajo tendría que llenar la lavadora de ropa y ponerle el detergente y el suavizante. ¡Uff!, y el pollo tengo que prepararlo, sazonarlo y meterlo en el horno. Pues ya, casi de paso en ese momento, le doy al encendido diferido que lleva mi horno y mi lavadora, para que acaben justo cuando llego de trabajar. No me vale mucho la pena encenderlos desde el trabajo, o con un super-mando-a-distancia-chachi-piruli mientras estoy en el WC.

Seguridad de la vivienda: La alarma quedaría integrada en el sistema domótico. Suena bien, pero no entiendo que quiere decir. Mi alarma de ahora pita si entran a robar, y además me llama a mi móvil para que yo llame al portero o la poli y si comunico llama al de mi esposa/o. Si está “integrada” ¿que más hará?. Igual me manda un email. ¿Pero para que quiero yo un email de mi alarma? No acabo de pillar la ventaja.

Pues bueno, seguro que se os ocurren algunas cosas del mismo estilo y casi siempre se llega a la misma conclusión: con lo que tengo me apaño bien. Y es que las ventajas iniciales de la domótica han ido siendo superadas por cosas mucho más sencillas, baratas, prácticas y simples en concepto, que muchas veces no necesitan ser integradas.

No quiero con esto que ninguna empresa de domótica se ofenda, de hecho creo que la domótica si que tiene futuro, pero quizá ahora más en la línea de soluciones relacionadas con el ahorro energético. Luces que se apaguen cuando las personas salen, luces que regulan la luminosidad en función de diferentes parámetros de confort, sistemas comandados por algoritmos de inteligencia artificial que aprendan de las rutinas de una familia en el hogar y optimicen los recursos... Por ejemplo, la luz LED, extremadamente eficiente energéticamente, está experimentando un gran empuje, y la regulación de su intensidad (que es más fácil y eficiente que en otro tipo de lámparas) representa una gran oportunidad para el sector de la electrónica y la domótica.

martes, 13 de noviembre de 2007

Aprender haciendo

El día que decidí enseñar a montar en bicicleta a mi hijo (hasta ese momento sólo había montado en triciclo) no le di una clase teórica sobre la bicicleta, ni siquiera una pequeña charla sobre lo que tenía que hacer. Simplemente le ayudé a subir (apenas tocaba con los pies en el suelo) y le dije que pedaleara. Al poco tiempo de subir, descubrió con asombro que cuando le daba a los pedales hacia atrás, la bici no iba hacia atrás como el triciclo. Poco a poco se fue acostumbrando a la diferente posición de los pedales respecto al triciclo y a la nueva postura con los brazos y las piernas mucho más estirados. Al principio no conseguía dar la pedalada completa, pero le apreté con mi mano en su rodilla para ayudarle y que se diera cuenta de que podía darla. Poco a poco fue avanzando y dominando la dirección del vehículo. Varias veces se cayó al suelo al girar, pero como estaba tan ilusionado e implicado en lo que estaba haciendo, volvió a subir una y otra vez para ir mejorando la técnica. El segundo día vi que ya cogía cierta velocidad y a diferencia del triciclo, la parada le resultaba más complicada. Enseguida le enseñé las palancas del freno y le dije que las apretara. No le dije que hacían, pero no hizo falta, la primera vez que las apretó ya se dio cuenta, sonrió entusiasmado y estuvo jugando con los frenos un buen rato.

Creo que a nadie se le hubiera ocurrido enseñar a un niño a montar en bicicleta mediante una clase de pizarra, ni tan siquiera de Power Point. Incluso ni un video, ni el mejor de lo sistemas audiovisuales resultaría tan efectivo como ponerse manos a la obra y subirse directamente a la misma. Esta misma idea, con matices, es posible extenderla a todas las habilidades que aprendemos en la vida, incluida por supuesto la educación reglada que recibimos en las escuelas y universidades.

El cerebro del ser humano está moldeado para aprender haciendo. El hombre, durante prácticamente toda la historia de la evolución ha aprendido a hacer las cosas intentando hacerlas, fijándose como las hacían sus semejantes y aprendiendo de sus errores. Por ejemplo, se aprendía a usar una lanza de caza lanzándola muchas veces y viendo el resultado, en mucha menor medida viendo como la lanzaban sus semejantes y residualmente mediante el tosco lenguaje de los primeros homínidos.

Si consideramos que la historia de la evolución humana comienza con los primeros homínidos (primates bípedos) tenemos que remontarnos a 6 millones de años atrás. Es en esta etapa de la evolución cuando los fenómenos de cerebración y corticalización adquieren la importancia suficiente para empezar de dotar de inteligencia al hombre. Durante esta primera etapa no existía el lenguaje, por lo que el aprendizaje no podía basarse en la comunicación oral, prácticamente estaba basado en el aprendizaje activo. Hay que esperar mucho más para que el hombre pueda expresarse con sonidos. Estudios realizados en la Sierra de Atapuerca evidencian que el Homo antecessor, hace unos 800.000 años, ya tenía la capacidad, al menos en su aparato fonador, para emitir un lenguaje oral lo suficientemente articulado como para transmitir la suficiente información para la enseñanza/aprendizaje. En cualquier caso pensemos que este lenguaje sería muy tosco, acompañado probablemente de mucha mímica y utilizado sólo como apoyo de una enseñanza activa. Por otro lado, los primeros grafismos y expresiones netamente simbólicas fuera del lenguaje hablado se datan hace sólo entre 40.000 y 35.000 años y las primeras escrituras de hace tan sólo 5.500 ó 5.000 años, en el Valle del Nilo ó en la Mesopotamia asiática. [Fuente: Wikipedia].

Por tanto, mirando hacia atrás nos damos cuenta que durante toda la historia de la evolución de nuestro cerebro, el aprendizaje ha estado basado en técnicas activas, una parte mucho menor en la enseñanza a través del lenguaje y otra mucho más pequeña en la lectura. Por tanto es fácil deducir que nuestro cerebro está mucho más acostumbrado y adaptado, y asimila mucho mejor el aprendizaje activo que los otros tipos de aprendizaje.

Esta trivialidad parece que en un momento dado de nuestra historia se olvidó, o se fue olvidando poco a poco, o simplemente empezó a ser ignorada por trivial, no lo se. El modelo de discurso o clase magistral y el libro de texto empezaron a imponerse como modelo casi único de aprendizaje, invadiendo todos los escalones de la educación desde la infantil hasta la universitaria, e invadiendo todas las disciplinas, desde la literatura a las matemáticas. Sólo la educación física (gimnasia, como la llamábamos en el cole) parece que se libró de esto. En mi caso, el aprendizaje activo durante la EGB se redujo a nada y durante el bachillerato a dos tristes prácticas de química donde hicimos algún aburrido experimento con sosa y a alguna práctica de física donde calculábamos el periodo de un péndulo (¡que emoción!).

En la Universidad, el aprendizaje basado en la clase magistral cobraba su más tenebrosa representación: la demostración matemática. Sin saber que problema intentábamos resolver, sin saber cual era el objetivo final, sin saber para que valía en la realidad, un señor entraba en la sala, ponía el nombre del capítulo y el índice y demostraba algo. Luego establecía unas expresiones matemáticas, a veces las simplificaba y finalmente ponía algún problema a resolver. Con un poco de suerte el problema tenía alguna relación con un problema real, pero muchas veces era un problema puramente abstracto (nunca se me olvidarán los famosos casquetes esféricos cargados que giraban sobre su eje). Solamente al finalizar una asignatura, o al finalizar un conjunto de ellas, uno podía darse cuenta de que todo aquello podía tener alguna aplicación práctica.

Entonces yo siempre me preguntaba: podían haber empezado por el problema a resolver o la aplicación práctica e ir buscando hacia atrás. Sí, eso es lo que se suele hacer los científicos e ingenieros, quieren resolver algo y se buscan la vida para resolverlo. Pero claro, eso no es “académico”, no está bien estructurado según la metodología ortodoxa imperante. Sin embargo, este modelo académico de aprendizaje está tan fuertemente implantado en la estructura educativa (bien por costumbre, bien por comodidad) que aunque se conoce desde los años 60 que no es operativo, se sigue utilizando ampliamente.

En los años 60, en el NTL Institute en Maine (USA), se llevó a cabo un estudio donde se sometía a diferentes grupos de estudiante a diferentes formas de aprendizaje y después se comprobaba el grado de retención (%) de lo trabajado. Los resultados fueron sorprendentes (o no tanto) y los resumieron en lo que se conoce como Pirámide del Aprendizaje.

Cada nivel de la pirámide representa el grado de retención alcanzado por los estudiantes.


  • 5% atendiendo a una clase magistral tradicional
  • 10% leyendo
  • 20% con material audiovisual
  • 30% con una demostración práctica
  • 50% discutiendo en grupo sobre el tema
  • 75% practicándolo o haciéndolo por uno mismo
  • 90% enseñándoselo a otro
Los resultados son más que reveladores. Incluso, no dejan tan bien como cabría pensar a los medios audiovisuales y el uso del ordenador, que se ha promocionado en los últimos años como el futuro en educación. Vemos claramente que los métodos que mejor funcionan son los más simples, los más antiguos en la historia de la evolución. Vemos también que el individuo cuando hace el esfuerzo de enseñar (por ejemplo a otros compañeros), refuerza mucho más sus propios conocimientos. El profesor tradicional que se sube a la tarima y suelta el rollo, no vale para casi nada, debería ser un animal a extinguir. Además, podemos sustituirlo por un video, como están empezando a hacer algunas universidades, y la eficacia sería muy similar.

La Unión Europea a través de La Declaración de Bolonia ha sentado las bases para la construcción de un "Espacio Europeo de Educación Superior", organizado conforme a ciertos principios. Entre montañas de papel y buenos deseos, queda un resquicio para la esperanza: se pretende reducir el peso de la clase magistral a favor de la enseñanza activa. Conociendo el sistema universitario, esto parece una utopía, ya veremos en que queda todo.

Por otro lado, en lo personal, me he dado cuenta que instintivamente intento poner en práctica técnicas de aprendizaje activo. Cuando tengo que introducir a alguien que va a trabajar conmigo en un tema nuevo para él, procuro evitar darle “el superlibro” o la “biblia” que resume de manera estructurada y académica todo el saber sobre ese tema. Por el contrario, le propongo retos concretos y adaptados a su conocimiento, para que los resuelva por sí mismo con la justa información necesaria. Si los resuelve, el entusiasmo y la recompensa son los que le van a hacer buscar más información sobre el tema y aumentar su ansia por saber más, como mi hijo cuando descubre nuevas funcionalidades en su bicicleta.

Si os ha suscitado interés todo esto, no dejéis de leer este artículo de Umberto Eco, que dice cuatro verdades.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Two Big Apples (2ª parte)

Muchas de las personas que visitan los Estados Unidos entran al país por uno de sus aeropuertos más famosos, el JFK (John F. Kennedy). Es el mayor de los tres aeropuertos que tiene el área metropolitana de Nueva York, junto con el de La Guardia que está al norte de Queens y el de Newark al otro lado del río Hudson. Los tres aeropuertos están gestionados por la Port Authority of New York and New Jersey y su tráfico aéreo se controla conjuntamente desde un mismo centro de control, como pudimos ver reflejado en el cine a través de la película Fuera de Control (Pushing Tin), donde por cierto salía una de las actrices más sexys del panorama actual, Angelina Morritos Jolie, haciendo de esposa del chico de la película.

Durante la aproximación al aeropuerto no se divisa ningún hito reconocible de la ciudad ya que la ruta sobrevuela Long Island, una zona residencial repleta de las típicas casas norteamericanas con su pequeño jardín y que podemos avistar por miles desde la ventanilla del avión. Las familias con hijos no suelen vivir en Manhattan, sino que viven alejados del núcleo de la ciudad y van allí a trabajar por la mañana y vuelven a sus casas por la noche. Una cosa curiosa que se puede observar en Manhattan es que casi no se ven niños por la calle, mucho menos bebés y tampoco te cruzas prácticamente con ancianos. A la pirámide de población que circula por sus calles le falta la base y la cúspide. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos, aun no hemos entrado en el país, mientras no hayamos pasado el control de la U.S. Customs and Border Protection, (CBP) no seremos formalmente aptos para pisar suelo americano.

El JFK es enorme, tiene 8 terminales, todas ellas con capacidad internacional y con su control de inmigración. Después de bajar del avión y recorrer largos y tenebrosos pasillos se llega al control de inmigración. Una empleada separa a los ciudadanos de los EEUU del resto. Para el resto nos espera una larga cola hasta acceder a los puestos de control donde los funcionarios verifican los pasaportes y formalizan todo el protocolo de entrada. Hay mucho silencio en la cola, se respira un ambiente de respeto, seriedad y algo de nerviosismo; el entorno, la crudeza de la sala y la cara de pocos amigos de los funcionarios invitan a ello. Saco mi teléfono móvil para llamar a casa, pero rápidamente se acerca un funcionario y me persuade para apagarlo, parece que está prohibido usar el móvil, aunque no veo ningún cartel que lo indique. El mi rastreo ocular por las paredes buscando ese supuesto cartel, doy con un gran poster de la CBP lleno de emblemas y banderas que contiene el decálogo del buen funcionario de aduanas (topicazo). Busco entre los mandamientos alguno que contenga las palabras simpatía o cordialidad (hacia el visitante), pero no lo encuentro. Mientras tanto un funcionario que no lleva uniforme policial sino que va con camisa blanca va comprobando que toda la gente de la cola haya rellenado correctamente el impreso I-94W. Este impreso de color verde convenientemente rellenado, es el que permite a los ciudadanos de ciertos países, entre ellos los europeos, entrar en los EEUU sin necesidad de visado. Además de los diferentes datos personales que hay que completar existen 7 preguntas bastante curiosas a las que hay que contestar siempre que NO. El documento advierte que si has contestado a alguna que si, es posible que no entres al país. Lo podéis ver aquí.

Finalmente llegamos al final de la cola, donde una funcionaria distribuye a la gente de la gran cola en múltiples mini-colas que van ya directamente a la garita de cada uno de los funcionarios. En ese momento una pareja de viejecitos me piden que les ayude a completar el impreso I-94W. Rápidamente, y ante la mirada inquisidora de la regordeta funcionaria, les reviso el impreso y veo que les falta contestar a las 7 preguntas. Le digo al yayo que marque una cruz en todos los NO, el abuelo con sorpresa me mira extrañado, le digo que si, que haga eso y ya está. Me da las gracias y avanzamos un poco más. Viajamos 4 personas, a un compañero y su esposa los desvían a una garita y a mí y a otro compañero a otra. Primero pasa mi compañero, desde cierta distancia observo todo el ritual de entrada que ya me conozco de otras ocasiones. Observo como le pregunta cual es el propósito de su visita y después cuanto tiempo se va a quedar en el país. Luego le toma las huellas de los dos dedos índices mediante un escáner digital de huellas, primero el dedo derecho y luego el izquierdo. Finalmente le hace una foto de la cara con la webcam. Este ritual de toma de huellas y foto no se hacía anteriormente, pero desde los atentados del 11-S se implantó en las aduanas de los EEUU. Resulta un poco denigrante que te tomen las huellas dactilares, pero esto es lo que hay si quieres entrar en la patria de Mickey Mouse.

Cuando veo que ya acaban, me preparo para arrancar el paso hacia la garita, pero de repente observo con sorpresa como la funcionaria sale de su garita y se lleva a mi compañero y veo como desaparecen por un extremo de la sala. Parece que ha habido algún problema. La mini-cola donde yo estoy queda parada hasta que al cabo de 2 o 3 minutos regresa la funcionaria. Paso al mostrador y me repite a mí el ritual. La huella del dedo izquierdo no entra a la primera y me la hace repetir. Cuando ya está acabando voy preparándome para preguntarle que ha pasado con mi compañero, pero no me da opción, casi antes de empezar la frase me dice que le tengo que acompañar. ¡Vaya!, yo también tengo problemas.

Me lleva a una sala de un extremo apartada de las garitas; en la puerta de esta sala hay un funcionario armado que controla el paso a la misma. Entramos a la sala y veo a mi compañero allí. La funcionaria deja mi pasaporte y mi I-94W dentro de una funda de plástico en un portadocumentos que hay en una mesa. La sala tiene un conjunto de sillas de plástico de esas fijadas al suelo y dispuestas en filas como si se tratase de un pequeño teatro, dejando un pasillo en medio. Todas las sillas miran al frente donde hay una alta tarima. Sobre la tarima hay un mostrador que queda algo elevado y detrás del cual se sientan dos funcionarios un hombre y una mujer, que operan sendos ordenadores. En el clasificador de documentos donde han dejado mi “ficha”, hay otras tantas de las personas que hay en sala. Somos 4 los que estamos allí. Al cabo de un rato entra otro. En un momento dado el hombre llama a una persona, que se levanta se acerca y el funcionario le da el pasaporte sellado; ya se puede marchar. ¡Que bien!, parece que lo de esta sala es simplemente una comprobación adicional por algún motivo. Al cabo de un rato la chica llama a mi compañero. Oigo que le pregunta por su altura (How tall are you?). Mi compañero, con los nervios de la situación, y ante una pregunta tan extraña, entiende que le está preguntando por su edad (How old are you?) y le contesta al efecto. Después de aclarar la confusión le sigue haciendo preguntas que no logro oír. Al cabo de un rato le hace sentarse otra vez y la funcionaria se va a llamar por teléfono. Parece que la cosa no va a ir tan rápida como pensábamos. A los 5 minutos me llama el hombre a mí. Me acerco al mostrador y el funcionario me entrega el pasaporte sin preguntarme nada y me dice que ya está todo. Salgo de la sala y me reencuentro con mis otros dos compañeros. Les explico la situación y esperamos a que salga nuestro compañero que todavía está dentro. La espera nos desespera, no sale. Me impaciento y me dirijo a la sala dispuesto a entrar a ver que pasa, pero el poli de la puerta me lo impide con cara de pocos amigos. Tras esperar más de 1 hora nuestro compañero sale. No nos puede dar ninguna explicación porque no se la han dado, simplemente ya le han sellado el pasaporte. Este contratiempo nos ha hecho perder en total casi 2 horas, pero ya estamos listos para dirigirnos a la Gran Manzana.

Estados Unidos es un país curioso, por un lado son capaces de retener a un turista casi dos horas sin darle ninguna explicación, pero por otro tienen el detalle de tener esta página web que informa de la duración de las colas de inmigración en cada una de las terminales de cada uno de los aeropuertos de Estados Unidos.

Tomamos el tren elevado del aeropuerto que recorre todas las terminales y nos lleva a la estación del metro. Allí cogemos el metro en dirección a Manhattan. El viaje es largo y el tren para en todas las estaciones de Brooklyn. Finalmente entramos en la zona sur de Manhattan tras cruzar el río por debajo. Poco a poco vamos subiendo hacia el norte, calle 4, calle 14, calle 23 y finalmente la calle 34. Nos apeamos del vagón, salimos por los tornos con la dificultad de ir cargados con las maletas y finalmente subimos por la escalera que conduce a la acera. Salimos al exterior, se acaba de hacer de noche. La calle 34 está impresionante, iluminada, repleta de gente, hace una noche cálida (27 o 28º). Miro la cara de mis compañeros, están absortos mirando el panorama. Es su primera vez en Nueva York. No se oye un ooohhhhhhh porque el bullicio de la ciudad no deja oírlo, pero se intuye en su expresión. Al fondo de la calle 34, en el cruce con la Quinta Avenida observamos majestuoso el Empire State Building. ¡Bienvenidos a la Gran Manzana!

Continuará ….

viernes, 19 de octubre de 2007

Sarah Chang

Después de un día desapacible donde no había parado de llover, salía de casa a poqueta nit bastante animado. Podía haber ido andando, pero sobre todo por la pereza de la vuelta mucho más tarde y por algo de miedo a que volviera a llover, cogí el coche. Aparqué bastante antes de llegar, porque justo en la puerta se hace difícil, por lo que el coche se quedó a dos tercios de distancia de mi casa y a un tercio de donde iba. Al salir del vehículo noté que el tiempo había mejorado mucho, las nubes casi se habían ido y empezaban a verse las primeras estrellas.

Pero la estrella de hoy todavía no había salido. Lo haría dentro de unos 25 minutos. Apreté el paso para llegar pronto y tener tiempo de tomarme un café antes de empezar. Desde lejos ya veo el tumulto en la puerta, en teoría estaban todas las entradas vendidas desde el día en que se pusieron a la venta, pero he podido conseguir una el mismo día del espectáculo. Entro y en el mostrador de taquilla pido la mía. Me la dan en un sobre junto con el resguardo de pago con tarjeta. Miro impaciente el asiento que me han dado; se que es en el anfiteatro pero no me han podido confirmar la fila. Es la 7, y un poco descentrada. Al principio me decepciono ligeramente, pero enseguida me alegro de haber podido conseguir la entrada. Me hubiera gustado tener una en platea en las primeras filas y haber podido ver de cerca a Sarah Chang, pero conseguir la entrada ya ha sido bastante complicado.

Esta temporada 2007/8 será muy interesante y plagada de buenos conjuntos y artistas en el Palau de la Música de Valencia, porque el edificio y la institución cumplen 20 años. Recuerdo muy bien cuando se inauguró este edificio. Fue en abril de 1987 y era entonces alcalde Ricard Pérez Casado y presidente de la Generalitat Joan Lerma. El arquitecto del edificio le puso en la fachada que da al jardín del Turia una bóveda de cristal, que integra dicho jardín con el edificio a modo de los palacios de cristal que se hacían en las principales ciudades europeas a finales del XIX y principios del XX.

Pero Valencia no es el norte de Europa, y esta bóveda de cristal se hizo notar en el primer verano del edificio, generando un fuerte efecto invernadero y unas temperaturas interiores demasiado altas. Recuerdo que la oposición utilizó este fallo para criticar duramente al alcalde. El fallo se solucionó poco después instalando unas grandes cortinas deslizantes en la cristalera curvada y mejorando el sistema de aire acondicionado. Desconozco cuanto costó esto, pero estoy seguro que bastantes órdenes de magnitud menos, que todos los errores, replanteamientos, modificaciones, alteraciones, chapuzas varias, retrasos e inundaciones (esta misma semana) que ha tenido el Palau de les Arts. Pero el tema del Palau de les Arts es tan sumamente escandaloso que no da tiempo a contarlo en este blog y otro día hablaré de él y de su acústica.

Hablando de acústica, tras la construcción del Palau de la Música se pudo comprobar lo bien que sonaba su sala principal (la Iturbi). Tanto los músicos locales, como los grandes directores y artistas que vinieron a tocar o cantar la alabaron.

Plácido Domingo dijo:

El Palau es un Stradivarius.

Montserrat Caballé dijo:

Es una sala fantástica, tiene una acústica maravillosa. He ido girando con la voz hacia todas las direcciones y puedo decir que es lo más bello que jamás he oído.

El resultado fue tan fantástico que la sala del Auditorio Nacional de Música en Madrid fue encargada al mismo arquitecto y se diseñó a imagen y semejanza de la de Valencia aunque algo más grande. Gracias a esto, a pesar de que mi localidad, dentro de las caras, no tenía el emplazamiento perfecto, pude gozar de un sonido de mucha calidad.

En la primera parte, la English Chamber Orchestra que presentaba una formación de 24 músicos, inició la sesión con un Concerto Grosso de Vivaldi bastante cortito. Se retiraron 13 de ellos para quedar una formación con 11 músicos tal como marcó Bach para su concierto de Brandemburgo nº 3. Tres violines, tres violas, tres vilonchelos, un contrabajo y el clave se situaron en corrillo, sin director, y empezaron unas de mis piezas favoritas de Bach. Los conciertos de Brandemburgo son preciosos, pero el tercero es uno de mis favoritos. Tocaron impecable, al estilo inglés, sonaba exactamente igual que en los CD que tengo de esta pieza. Si acaso se diferenciaba el clave, que en directo siempre suena más débil por naturaleza, y en los CD los técnicos de mezclas siempre le dan un poco más de volumen. Acertadamente los técnicos del Palau habían cerrado las áreas de absorción de la zona alta de la sala con los paneles móviles al efecto, aumentado de esta forma el tiempo de reverberación y contribuyendo a que estas piezas barrocas luzcan más.

Durante el descanso me estuve fijando en el tipo de gente que va a estos conciertos. Generalmente personas por encima de los 50, bien vestidas la mayoría, algunas con ropas caras. Gente de mi edad prácticamente no había. Algunos adolescentes acompañados de sus padres si que vi, quizá estudiantes de algún instrumento de cuerda a los que sus padres han traído al concierto de la Chang para que les anime en su afición. Es divertido especular sobre la gente en estos momentos muertos en función de lo que estás viendo, aunque yo no tengo mucho ojo para esto.

Sonaron las campanas y entré enseguida. Algunas personas maleducadas se retrasaron mucho en entrar, apurando el cava y los canapés que pueden comprar en el intermedio del concierto, y molestaron a la gente que estaba sentada, entre ellas una señora muy antipática que se sentaba delante de mí. Esta señora (de las que van más a lucirse que a oír música) me lanzó una mirada asesina al antes de iniciarse la primera parte porque le rocé su permanente con mi cazadora, cuando me la quité. Ahora ella nos molestaba de verdad a todos entrando justo cuando la orquesta ya estaba sentada esperando la inminente salida de Sarah.

Pero enseguida salió Sarah. Iba muy elegante con un vestido blanco de gasa hasta los pies, y un corpiño negro de encaje. Lástima que mi media dioptría no me dejara distinguir bien todos sus rasgos, pero desde donde estaba ya se intuía su belleza oriental.

Tocó las Cuatro Estaciones de Vivaldi de forma soberbia. Con algunos rasgos particulares que no había oído en ninguna de las diferentes grabaciones que tengo de esta obra universal, pero que me gustaron mucho. En el primer movimiento del Verano golpeó por dos veces el suelo con el pie. No se si lo hace siempre o fue porque pensó que como estaba en España quería darle un aire flamenco. Los movimientos más lentos los tocó bien, pero me gustaron más los enérgicos.

La gran acústica del Palau ayudó a percibir todos los detalles del timbre de su violín incluidos los ruiditos de manipulación que siempre se escapan. Era impresionante el sonido que llegaba al anfiteatro. Todo el mundo aplaudió a rabiar al final del concierto, salvo un señor de la primera fila, que es abonado y que se le conoce porque nunca aplaude.

Salí rápido para casa. La noche estaba templada y agradable, ya no había ninguna nube en el cielo, y se veían las estrellas, las pocas que el potente alumbrado público de Valencia (debe ser el más fuerte de Europa) deja apreciar.

Cogí el coche y empezaron las noticias de las 10 de M80. Daban una noticia bomba: Joan Ignasi Pla dimite y una gestora presidida por Joan Lerma se hará cargo del PSOE hasta después de las próximas elecciones. ¡Vaya! que casualidad, había estado pensando en su nombre al entrar, y ahora vuelve a sonar por otra cosa. Casualidades.