viernes, 21 de diciembre de 2007

DomoBluff

La palabra domótica proviene de la contracción de las palabras Domo (hogar en latín, aprovecho desde aquí para acordarme de mi profesa de latín del instituto, sin duda la profesora más sensual que nunca he tenido y que hizo que me quedara alelado siempre que ella declinaba el rosa/rosae con su cautivadora voz, por cierto saqué sobresaliente en latín) y Robótica.

Viene a significar algo así como el conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar, comunicaciones, etc, etc, etc.

Ya empezamos mal; una cosa que no es muy concreta y clara y que para definirla hay que recurrir al conjunto de muchas cosas ya no empieza bien en el mundo del marketing y los negocios. Los grandes éxitos se definen muy rápido, bien con unas palabras, bien con una foto publicitaria o bien con un spot de 20 segundos. Por ejemplo: el teléfono móvil, un reproductor MP3, la Wii, el cubo de Rubik.

A propósito que he mencionado el teléfono móvil, la domótica viene de los años ochenta y es anterior al teléfono móvil, o por lo menos al móvil GSM, y sin embargo no acaba de despegar, mientras que del teléfono móvil no hace falta hablar. Llevo oyendo desde hace muchos años en conferencias, ferias y saraos varios el cuento de que el próximo año será el del despegue de la domótica, pero parece que esto no ocurre nunca. Los datos son confusos, pero hay quien habla de que sólo el 0,2% de las viviendas construidas en 2006 incorporaban domótica. Los más optimistas elevan la cifra hasta el 4%, pero aun así sigue siendo algo testimonial. Eso sí, la patronal del ramo prevé una explosión en los próximos años, aunque claro, pregunta a la patronal del preservativo femenino y te dirá lo mismo.

La proliferación y confusión de estándares en torno a la domótica no ayudan tampoco a su avance. Tenemos entre otros: X10, INSTEON, KNX, System Box, LonWorks, Crestron, C-Bus, Universal powerline bus (UPB), UPnP, ZigBee , Z-Wave.

Además el medio de transmisión tampoco está definido y los datos pueden viajar por cable (par trenzado, fibra óptica, coaxial, red eléctrica, cresnet), por radio (Wi-Fi, GPRS, UMTS, Bluetooth, DECT, ZigBee, Z-Wave, EnOcean) y finalmente por infrarrojos.

Si ya resulta muy difícil explicar a un consumidor, la diferencia entre dos cosas muy cotidianas hoy en día como un Plasma y un LCD, como es posible explicarle cual de los estándares o medio de transmisión es el más interesante para sus necesidades. Es casi tarea imposible.

Alguien puede pensar: también hay muchas marcas y modelos de coches. Si vale, bien, pero todos funcionan con la misma gasolina (o gasoil) y se compran con la vista. Los protocolos y los cables que van escondidos, no molan.

Entonces es cuando viene la parte de explicar las grandes funcionalidades de la domótica. Que si puedes programar el encendido de las luces de la casa, que si puedes poner la calefacción en marcha temporizadamente, que si puedes subir y bajar las persianas automáticamente, que si puedes enchufar el horno o la lavadora desde tu lugar de trabajo por Internet o con un SMS, que si la seguridad de la vivienda queda integrada en todo el sistema, que si…

Bien, entonces el consumidor que no es tonto (a pesar de lo que digan los periodistas) se para a pensar un poco y analiza una a una las supuestas ventajas:

Encendido de luces: Puede ser interesante encenderlas a algunas horas cuando me voy de vacaciones para que los cacos se crean que está ocupado, lo dijo un expoli muy simpático que sale en la tele y que ahora es periodista. Pero bueno, me ha dicho mi sobrino Paquito que venden en el Lidl/Aldi unos programadores digitales que se ponen en el enchufe y que puedes programar encendidos diarios, aleatorios, etc, y encima por 20 euros te dan un pack de 3 enchufes. Casi llamo a mi sobrino y que me los compre la semana que los pongan de oferta para este verano cuando me vaya de vacaciones.

Calefacción: La domótica permite programar todo el encendido de la calefacción y el control de la temperatura. Pero bueno, el termostato digital este que tenemos, ya hace eso, ¿no?. Si, pero no puedo encenderla desde el trabajo. Pero la verdad, vuelto todos los días del trabajo a la misma hora, así que con programarla con la opción de lunes a viernes para que se encienda media horita antes al llegar ya lo tengo resuelto, y no tengo que preocuparme en el trabajo de mandar el SMS.

Persianas automáticas: Parece una cosa muy interesante, sobre todo porque no hay que estirar de la correa (que se ensucia mucho) o no hay que darle a la manivela (como un organillero). Aunque claro, eso es gracias al motor que lleva la persiana. Pues la vecina de arriba lo tiene puesto y no tiene domótica. Efectivamente, porque el valor principal de estos sistemas es el motor eléctrico, que se puede accionar con un interruptor y que es la parte cara y compleja de instalar (sobre todo en persianas ya puestas). La domótica sólo añade el control remoto, que es un valor, si, pero muy pequeño en comparación al otro.

Horno y Lavadora: ¡Que bien!, puedo encender el horno y la lavadora desde el trabajo y cuando llego a casa tengo la comida hecha y la ropa lavada. Pero, ¡anda!, antes de irme al trabajo tendría que llenar la lavadora de ropa y ponerle el detergente y el suavizante. ¡Uff!, y el pollo tengo que prepararlo, sazonarlo y meterlo en el horno. Pues ya, casi de paso en ese momento, le doy al encendido diferido que lleva mi horno y mi lavadora, para que acaben justo cuando llego de trabajar. No me vale mucho la pena encenderlos desde el trabajo, o con un super-mando-a-distancia-chachi-piruli mientras estoy en el WC.

Seguridad de la vivienda: La alarma quedaría integrada en el sistema domótico. Suena bien, pero no entiendo que quiere decir. Mi alarma de ahora pita si entran a robar, y además me llama a mi móvil para que yo llame al portero o la poli y si comunico llama al de mi esposa/o. Si está “integrada” ¿que más hará?. Igual me manda un email. ¿Pero para que quiero yo un email de mi alarma? No acabo de pillar la ventaja.

Pues bueno, seguro que se os ocurren algunas cosas del mismo estilo y casi siempre se llega a la misma conclusión: con lo que tengo me apaño bien. Y es que las ventajas iniciales de la domótica han ido siendo superadas por cosas mucho más sencillas, baratas, prácticas y simples en concepto, que muchas veces no necesitan ser integradas.

No quiero con esto que ninguna empresa de domótica se ofenda, de hecho creo que la domótica si que tiene futuro, pero quizá ahora más en la línea de soluciones relacionadas con el ahorro energético. Luces que se apaguen cuando las personas salen, luces que regulan la luminosidad en función de diferentes parámetros de confort, sistemas comandados por algoritmos de inteligencia artificial que aprendan de las rutinas de una familia en el hogar y optimicen los recursos... Por ejemplo, la luz LED, extremadamente eficiente energéticamente, está experimentando un gran empuje, y la regulación de su intensidad (que es más fácil y eficiente que en otro tipo de lámparas) representa una gran oportunidad para el sector de la electrónica y la domótica.

martes, 13 de noviembre de 2007

Aprender haciendo

El día que decidí enseñar a montar en bicicleta a mi hijo (hasta ese momento sólo había montado en triciclo) no le di una clase teórica sobre la bicicleta, ni siquiera una pequeña charla sobre lo que tenía que hacer. Simplemente le ayudé a subir (apenas tocaba con los pies en el suelo) y le dije que pedaleara. Al poco tiempo de subir, descubrió con asombro que cuando le daba a los pedales hacia atrás, la bici no iba hacia atrás como el triciclo. Poco a poco se fue acostumbrando a la diferente posición de los pedales respecto al triciclo y a la nueva postura con los brazos y las piernas mucho más estirados. Al principio no conseguía dar la pedalada completa, pero le apreté con mi mano en su rodilla para ayudarle y que se diera cuenta de que podía darla. Poco a poco fue avanzando y dominando la dirección del vehículo. Varias veces se cayó al suelo al girar, pero como estaba tan ilusionado e implicado en lo que estaba haciendo, volvió a subir una y otra vez para ir mejorando la técnica. El segundo día vi que ya cogía cierta velocidad y a diferencia del triciclo, la parada le resultaba más complicada. Enseguida le enseñé las palancas del freno y le dije que las apretara. No le dije que hacían, pero no hizo falta, la primera vez que las apretó ya se dio cuenta, sonrió entusiasmado y estuvo jugando con los frenos un buen rato.

Creo que a nadie se le hubiera ocurrido enseñar a un niño a montar en bicicleta mediante una clase de pizarra, ni tan siquiera de Power Point. Incluso ni un video, ni el mejor de lo sistemas audiovisuales resultaría tan efectivo como ponerse manos a la obra y subirse directamente a la misma. Esta misma idea, con matices, es posible extenderla a todas las habilidades que aprendemos en la vida, incluida por supuesto la educación reglada que recibimos en las escuelas y universidades.

El cerebro del ser humano está moldeado para aprender haciendo. El hombre, durante prácticamente toda la historia de la evolución ha aprendido a hacer las cosas intentando hacerlas, fijándose como las hacían sus semejantes y aprendiendo de sus errores. Por ejemplo, se aprendía a usar una lanza de caza lanzándola muchas veces y viendo el resultado, en mucha menor medida viendo como la lanzaban sus semejantes y residualmente mediante el tosco lenguaje de los primeros homínidos.

Si consideramos que la historia de la evolución humana comienza con los primeros homínidos (primates bípedos) tenemos que remontarnos a 6 millones de años atrás. Es en esta etapa de la evolución cuando los fenómenos de cerebración y corticalización adquieren la importancia suficiente para empezar de dotar de inteligencia al hombre. Durante esta primera etapa no existía el lenguaje, por lo que el aprendizaje no podía basarse en la comunicación oral, prácticamente estaba basado en el aprendizaje activo. Hay que esperar mucho más para que el hombre pueda expresarse con sonidos. Estudios realizados en la Sierra de Atapuerca evidencian que el Homo antecessor, hace unos 800.000 años, ya tenía la capacidad, al menos en su aparato fonador, para emitir un lenguaje oral lo suficientemente articulado como para transmitir la suficiente información para la enseñanza/aprendizaje. En cualquier caso pensemos que este lenguaje sería muy tosco, acompañado probablemente de mucha mímica y utilizado sólo como apoyo de una enseñanza activa. Por otro lado, los primeros grafismos y expresiones netamente simbólicas fuera del lenguaje hablado se datan hace sólo entre 40.000 y 35.000 años y las primeras escrituras de hace tan sólo 5.500 ó 5.000 años, en el Valle del Nilo ó en la Mesopotamia asiática. [Fuente: Wikipedia].

Por tanto, mirando hacia atrás nos damos cuenta que durante toda la historia de la evolución de nuestro cerebro, el aprendizaje ha estado basado en técnicas activas, una parte mucho menor en la enseñanza a través del lenguaje y otra mucho más pequeña en la lectura. Por tanto es fácil deducir que nuestro cerebro está mucho más acostumbrado y adaptado, y asimila mucho mejor el aprendizaje activo que los otros tipos de aprendizaje.

Esta trivialidad parece que en un momento dado de nuestra historia se olvidó, o se fue olvidando poco a poco, o simplemente empezó a ser ignorada por trivial, no lo se. El modelo de discurso o clase magistral y el libro de texto empezaron a imponerse como modelo casi único de aprendizaje, invadiendo todos los escalones de la educación desde la infantil hasta la universitaria, e invadiendo todas las disciplinas, desde la literatura a las matemáticas. Sólo la educación física (gimnasia, como la llamábamos en el cole) parece que se libró de esto. En mi caso, el aprendizaje activo durante la EGB se redujo a nada y durante el bachillerato a dos tristes prácticas de química donde hicimos algún aburrido experimento con sosa y a alguna práctica de física donde calculábamos el periodo de un péndulo (¡que emoción!).

En la Universidad, el aprendizaje basado en la clase magistral cobraba su más tenebrosa representación: la demostración matemática. Sin saber que problema intentábamos resolver, sin saber cual era el objetivo final, sin saber para que valía en la realidad, un señor entraba en la sala, ponía el nombre del capítulo y el índice y demostraba algo. Luego establecía unas expresiones matemáticas, a veces las simplificaba y finalmente ponía algún problema a resolver. Con un poco de suerte el problema tenía alguna relación con un problema real, pero muchas veces era un problema puramente abstracto (nunca se me olvidarán los famosos casquetes esféricos cargados que giraban sobre su eje). Solamente al finalizar una asignatura, o al finalizar un conjunto de ellas, uno podía darse cuenta de que todo aquello podía tener alguna aplicación práctica.

Entonces yo siempre me preguntaba: podían haber empezado por el problema a resolver o la aplicación práctica e ir buscando hacia atrás. Sí, eso es lo que se suele hacer los científicos e ingenieros, quieren resolver algo y se buscan la vida para resolverlo. Pero claro, eso no es “académico”, no está bien estructurado según la metodología ortodoxa imperante. Sin embargo, este modelo académico de aprendizaje está tan fuertemente implantado en la estructura educativa (bien por costumbre, bien por comodidad) que aunque se conoce desde los años 60 que no es operativo, se sigue utilizando ampliamente.

En los años 60, en el NTL Institute en Maine (USA), se llevó a cabo un estudio donde se sometía a diferentes grupos de estudiante a diferentes formas de aprendizaje y después se comprobaba el grado de retención (%) de lo trabajado. Los resultados fueron sorprendentes (o no tanto) y los resumieron en lo que se conoce como Pirámide del Aprendizaje.

Cada nivel de la pirámide representa el grado de retención alcanzado por los estudiantes.


  • 5% atendiendo a una clase magistral tradicional
  • 10% leyendo
  • 20% con material audiovisual
  • 30% con una demostración práctica
  • 50% discutiendo en grupo sobre el tema
  • 75% practicándolo o haciéndolo por uno mismo
  • 90% enseñándoselo a otro
Los resultados son más que reveladores. Incluso, no dejan tan bien como cabría pensar a los medios audiovisuales y el uso del ordenador, que se ha promocionado en los últimos años como el futuro en educación. Vemos claramente que los métodos que mejor funcionan son los más simples, los más antiguos en la historia de la evolución. Vemos también que el individuo cuando hace el esfuerzo de enseñar (por ejemplo a otros compañeros), refuerza mucho más sus propios conocimientos. El profesor tradicional que se sube a la tarima y suelta el rollo, no vale para casi nada, debería ser un animal a extinguir. Además, podemos sustituirlo por un video, como están empezando a hacer algunas universidades, y la eficacia sería muy similar.

La Unión Europea a través de La Declaración de Bolonia ha sentado las bases para la construcción de un "Espacio Europeo de Educación Superior", organizado conforme a ciertos principios. Entre montañas de papel y buenos deseos, queda un resquicio para la esperanza: se pretende reducir el peso de la clase magistral a favor de la enseñanza activa. Conociendo el sistema universitario, esto parece una utopía, ya veremos en que queda todo.

Por otro lado, en lo personal, me he dado cuenta que instintivamente intento poner en práctica técnicas de aprendizaje activo. Cuando tengo que introducir a alguien que va a trabajar conmigo en un tema nuevo para él, procuro evitar darle “el superlibro” o la “biblia” que resume de manera estructurada y académica todo el saber sobre ese tema. Por el contrario, le propongo retos concretos y adaptados a su conocimiento, para que los resuelva por sí mismo con la justa información necesaria. Si los resuelve, el entusiasmo y la recompensa son los que le van a hacer buscar más información sobre el tema y aumentar su ansia por saber más, como mi hijo cuando descubre nuevas funcionalidades en su bicicleta.

Si os ha suscitado interés todo esto, no dejéis de leer este artículo de Umberto Eco, que dice cuatro verdades.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Two Big Apples (2ª parte)

Muchas de las personas que visitan los Estados Unidos entran al país por uno de sus aeropuertos más famosos, el JFK (John F. Kennedy). Es el mayor de los tres aeropuertos que tiene el área metropolitana de Nueva York, junto con el de La Guardia que está al norte de Queens y el de Newark al otro lado del río Hudson. Los tres aeropuertos están gestionados por la Port Authority of New York and New Jersey y su tráfico aéreo se controla conjuntamente desde un mismo centro de control, como pudimos ver reflejado en el cine a través de la película Fuera de Control (Pushing Tin), donde por cierto salía una de las actrices más sexys del panorama actual, Angelina Morritos Jolie, haciendo de esposa del chico de la película.

Durante la aproximación al aeropuerto no se divisa ningún hito reconocible de la ciudad ya que la ruta sobrevuela Long Island, una zona residencial repleta de las típicas casas norteamericanas con su pequeño jardín y que podemos avistar por miles desde la ventanilla del avión. Las familias con hijos no suelen vivir en Manhattan, sino que viven alejados del núcleo de la ciudad y van allí a trabajar por la mañana y vuelven a sus casas por la noche. Una cosa curiosa que se puede observar en Manhattan es que casi no se ven niños por la calle, mucho menos bebés y tampoco te cruzas prácticamente con ancianos. A la pirámide de población que circula por sus calles le falta la base y la cúspide. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos, aun no hemos entrado en el país, mientras no hayamos pasado el control de la U.S. Customs and Border Protection, (CBP) no seremos formalmente aptos para pisar suelo americano.

El JFK es enorme, tiene 8 terminales, todas ellas con capacidad internacional y con su control de inmigración. Después de bajar del avión y recorrer largos y tenebrosos pasillos se llega al control de inmigración. Una empleada separa a los ciudadanos de los EEUU del resto. Para el resto nos espera una larga cola hasta acceder a los puestos de control donde los funcionarios verifican los pasaportes y formalizan todo el protocolo de entrada. Hay mucho silencio en la cola, se respira un ambiente de respeto, seriedad y algo de nerviosismo; el entorno, la crudeza de la sala y la cara de pocos amigos de los funcionarios invitan a ello. Saco mi teléfono móvil para llamar a casa, pero rápidamente se acerca un funcionario y me persuade para apagarlo, parece que está prohibido usar el móvil, aunque no veo ningún cartel que lo indique. El mi rastreo ocular por las paredes buscando ese supuesto cartel, doy con un gran poster de la CBP lleno de emblemas y banderas que contiene el decálogo del buen funcionario de aduanas (topicazo). Busco entre los mandamientos alguno que contenga las palabras simpatía o cordialidad (hacia el visitante), pero no lo encuentro. Mientras tanto un funcionario que no lleva uniforme policial sino que va con camisa blanca va comprobando que toda la gente de la cola haya rellenado correctamente el impreso I-94W. Este impreso de color verde convenientemente rellenado, es el que permite a los ciudadanos de ciertos países, entre ellos los europeos, entrar en los EEUU sin necesidad de visado. Además de los diferentes datos personales que hay que completar existen 7 preguntas bastante curiosas a las que hay que contestar siempre que NO. El documento advierte que si has contestado a alguna que si, es posible que no entres al país. Lo podéis ver aquí.

Finalmente llegamos al final de la cola, donde una funcionaria distribuye a la gente de la gran cola en múltiples mini-colas que van ya directamente a la garita de cada uno de los funcionarios. En ese momento una pareja de viejecitos me piden que les ayude a completar el impreso I-94W. Rápidamente, y ante la mirada inquisidora de la regordeta funcionaria, les reviso el impreso y veo que les falta contestar a las 7 preguntas. Le digo al yayo que marque una cruz en todos los NO, el abuelo con sorpresa me mira extrañado, le digo que si, que haga eso y ya está. Me da las gracias y avanzamos un poco más. Viajamos 4 personas, a un compañero y su esposa los desvían a una garita y a mí y a otro compañero a otra. Primero pasa mi compañero, desde cierta distancia observo todo el ritual de entrada que ya me conozco de otras ocasiones. Observo como le pregunta cual es el propósito de su visita y después cuanto tiempo se va a quedar en el país. Luego le toma las huellas de los dos dedos índices mediante un escáner digital de huellas, primero el dedo derecho y luego el izquierdo. Finalmente le hace una foto de la cara con la webcam. Este ritual de toma de huellas y foto no se hacía anteriormente, pero desde los atentados del 11-S se implantó en las aduanas de los EEUU. Resulta un poco denigrante que te tomen las huellas dactilares, pero esto es lo que hay si quieres entrar en la patria de Mickey Mouse.

Cuando veo que ya acaban, me preparo para arrancar el paso hacia la garita, pero de repente observo con sorpresa como la funcionaria sale de su garita y se lleva a mi compañero y veo como desaparecen por un extremo de la sala. Parece que ha habido algún problema. La mini-cola donde yo estoy queda parada hasta que al cabo de 2 o 3 minutos regresa la funcionaria. Paso al mostrador y me repite a mí el ritual. La huella del dedo izquierdo no entra a la primera y me la hace repetir. Cuando ya está acabando voy preparándome para preguntarle que ha pasado con mi compañero, pero no me da opción, casi antes de empezar la frase me dice que le tengo que acompañar. ¡Vaya!, yo también tengo problemas.

Me lleva a una sala de un extremo apartada de las garitas; en la puerta de esta sala hay un funcionario armado que controla el paso a la misma. Entramos a la sala y veo a mi compañero allí. La funcionaria deja mi pasaporte y mi I-94W dentro de una funda de plástico en un portadocumentos que hay en una mesa. La sala tiene un conjunto de sillas de plástico de esas fijadas al suelo y dispuestas en filas como si se tratase de un pequeño teatro, dejando un pasillo en medio. Todas las sillas miran al frente donde hay una alta tarima. Sobre la tarima hay un mostrador que queda algo elevado y detrás del cual se sientan dos funcionarios un hombre y una mujer, que operan sendos ordenadores. En el clasificador de documentos donde han dejado mi “ficha”, hay otras tantas de las personas que hay en sala. Somos 4 los que estamos allí. Al cabo de un rato entra otro. En un momento dado el hombre llama a una persona, que se levanta se acerca y el funcionario le da el pasaporte sellado; ya se puede marchar. ¡Que bien!, parece que lo de esta sala es simplemente una comprobación adicional por algún motivo. Al cabo de un rato la chica llama a mi compañero. Oigo que le pregunta por su altura (How tall are you?). Mi compañero, con los nervios de la situación, y ante una pregunta tan extraña, entiende que le está preguntando por su edad (How old are you?) y le contesta al efecto. Después de aclarar la confusión le sigue haciendo preguntas que no logro oír. Al cabo de un rato le hace sentarse otra vez y la funcionaria se va a llamar por teléfono. Parece que la cosa no va a ir tan rápida como pensábamos. A los 5 minutos me llama el hombre a mí. Me acerco al mostrador y el funcionario me entrega el pasaporte sin preguntarme nada y me dice que ya está todo. Salgo de la sala y me reencuentro con mis otros dos compañeros. Les explico la situación y esperamos a que salga nuestro compañero que todavía está dentro. La espera nos desespera, no sale. Me impaciento y me dirijo a la sala dispuesto a entrar a ver que pasa, pero el poli de la puerta me lo impide con cara de pocos amigos. Tras esperar más de 1 hora nuestro compañero sale. No nos puede dar ninguna explicación porque no se la han dado, simplemente ya le han sellado el pasaporte. Este contratiempo nos ha hecho perder en total casi 2 horas, pero ya estamos listos para dirigirnos a la Gran Manzana.

Estados Unidos es un país curioso, por un lado son capaces de retener a un turista casi dos horas sin darle ninguna explicación, pero por otro tienen el detalle de tener esta página web que informa de la duración de las colas de inmigración en cada una de las terminales de cada uno de los aeropuertos de Estados Unidos.

Tomamos el tren elevado del aeropuerto que recorre todas las terminales y nos lleva a la estación del metro. Allí cogemos el metro en dirección a Manhattan. El viaje es largo y el tren para en todas las estaciones de Brooklyn. Finalmente entramos en la zona sur de Manhattan tras cruzar el río por debajo. Poco a poco vamos subiendo hacia el norte, calle 4, calle 14, calle 23 y finalmente la calle 34. Nos apeamos del vagón, salimos por los tornos con la dificultad de ir cargados con las maletas y finalmente subimos por la escalera que conduce a la acera. Salimos al exterior, se acaba de hacer de noche. La calle 34 está impresionante, iluminada, repleta de gente, hace una noche cálida (27 o 28º). Miro la cara de mis compañeros, están absortos mirando el panorama. Es su primera vez en Nueva York. No se oye un ooohhhhhhh porque el bullicio de la ciudad no deja oírlo, pero se intuye en su expresión. Al fondo de la calle 34, en el cruce con la Quinta Avenida observamos majestuoso el Empire State Building. ¡Bienvenidos a la Gran Manzana!

Continuará ….

viernes, 19 de octubre de 2007

Sarah Chang

Después de un día desapacible donde no había parado de llover, salía de casa a poqueta nit bastante animado. Podía haber ido andando, pero sobre todo por la pereza de la vuelta mucho más tarde y por algo de miedo a que volviera a llover, cogí el coche. Aparqué bastante antes de llegar, porque justo en la puerta se hace difícil, por lo que el coche se quedó a dos tercios de distancia de mi casa y a un tercio de donde iba. Al salir del vehículo noté que el tiempo había mejorado mucho, las nubes casi se habían ido y empezaban a verse las primeras estrellas.

Pero la estrella de hoy todavía no había salido. Lo haría dentro de unos 25 minutos. Apreté el paso para llegar pronto y tener tiempo de tomarme un café antes de empezar. Desde lejos ya veo el tumulto en la puerta, en teoría estaban todas las entradas vendidas desde el día en que se pusieron a la venta, pero he podido conseguir una el mismo día del espectáculo. Entro y en el mostrador de taquilla pido la mía. Me la dan en un sobre junto con el resguardo de pago con tarjeta. Miro impaciente el asiento que me han dado; se que es en el anfiteatro pero no me han podido confirmar la fila. Es la 7, y un poco descentrada. Al principio me decepciono ligeramente, pero enseguida me alegro de haber podido conseguir la entrada. Me hubiera gustado tener una en platea en las primeras filas y haber podido ver de cerca a Sarah Chang, pero conseguir la entrada ya ha sido bastante complicado.

Esta temporada 2007/8 será muy interesante y plagada de buenos conjuntos y artistas en el Palau de la Música de Valencia, porque el edificio y la institución cumplen 20 años. Recuerdo muy bien cuando se inauguró este edificio. Fue en abril de 1987 y era entonces alcalde Ricard Pérez Casado y presidente de la Generalitat Joan Lerma. El arquitecto del edificio le puso en la fachada que da al jardín del Turia una bóveda de cristal, que integra dicho jardín con el edificio a modo de los palacios de cristal que se hacían en las principales ciudades europeas a finales del XIX y principios del XX.

Pero Valencia no es el norte de Europa, y esta bóveda de cristal se hizo notar en el primer verano del edificio, generando un fuerte efecto invernadero y unas temperaturas interiores demasiado altas. Recuerdo que la oposición utilizó este fallo para criticar duramente al alcalde. El fallo se solucionó poco después instalando unas grandes cortinas deslizantes en la cristalera curvada y mejorando el sistema de aire acondicionado. Desconozco cuanto costó esto, pero estoy seguro que bastantes órdenes de magnitud menos, que todos los errores, replanteamientos, modificaciones, alteraciones, chapuzas varias, retrasos e inundaciones (esta misma semana) que ha tenido el Palau de les Arts. Pero el tema del Palau de les Arts es tan sumamente escandaloso que no da tiempo a contarlo en este blog y otro día hablaré de él y de su acústica.

Hablando de acústica, tras la construcción del Palau de la Música se pudo comprobar lo bien que sonaba su sala principal (la Iturbi). Tanto los músicos locales, como los grandes directores y artistas que vinieron a tocar o cantar la alabaron.

Plácido Domingo dijo:

El Palau es un Stradivarius.

Montserrat Caballé dijo:

Es una sala fantástica, tiene una acústica maravillosa. He ido girando con la voz hacia todas las direcciones y puedo decir que es lo más bello que jamás he oído.

El resultado fue tan fantástico que la sala del Auditorio Nacional de Música en Madrid fue encargada al mismo arquitecto y se diseñó a imagen y semejanza de la de Valencia aunque algo más grande. Gracias a esto, a pesar de que mi localidad, dentro de las caras, no tenía el emplazamiento perfecto, pude gozar de un sonido de mucha calidad.

En la primera parte, la English Chamber Orchestra que presentaba una formación de 24 músicos, inició la sesión con un Concerto Grosso de Vivaldi bastante cortito. Se retiraron 13 de ellos para quedar una formación con 11 músicos tal como marcó Bach para su concierto de Brandemburgo nº 3. Tres violines, tres violas, tres vilonchelos, un contrabajo y el clave se situaron en corrillo, sin director, y empezaron unas de mis piezas favoritas de Bach. Los conciertos de Brandemburgo son preciosos, pero el tercero es uno de mis favoritos. Tocaron impecable, al estilo inglés, sonaba exactamente igual que en los CD que tengo de esta pieza. Si acaso se diferenciaba el clave, que en directo siempre suena más débil por naturaleza, y en los CD los técnicos de mezclas siempre le dan un poco más de volumen. Acertadamente los técnicos del Palau habían cerrado las áreas de absorción de la zona alta de la sala con los paneles móviles al efecto, aumentado de esta forma el tiempo de reverberación y contribuyendo a que estas piezas barrocas luzcan más.

Durante el descanso me estuve fijando en el tipo de gente que va a estos conciertos. Generalmente personas por encima de los 50, bien vestidas la mayoría, algunas con ropas caras. Gente de mi edad prácticamente no había. Algunos adolescentes acompañados de sus padres si que vi, quizá estudiantes de algún instrumento de cuerda a los que sus padres han traído al concierto de la Chang para que les anime en su afición. Es divertido especular sobre la gente en estos momentos muertos en función de lo que estás viendo, aunque yo no tengo mucho ojo para esto.

Sonaron las campanas y entré enseguida. Algunas personas maleducadas se retrasaron mucho en entrar, apurando el cava y los canapés que pueden comprar en el intermedio del concierto, y molestaron a la gente que estaba sentada, entre ellas una señora muy antipática que se sentaba delante de mí. Esta señora (de las que van más a lucirse que a oír música) me lanzó una mirada asesina al antes de iniciarse la primera parte porque le rocé su permanente con mi cazadora, cuando me la quité. Ahora ella nos molestaba de verdad a todos entrando justo cuando la orquesta ya estaba sentada esperando la inminente salida de Sarah.

Pero enseguida salió Sarah. Iba muy elegante con un vestido blanco de gasa hasta los pies, y un corpiño negro de encaje. Lástima que mi media dioptría no me dejara distinguir bien todos sus rasgos, pero desde donde estaba ya se intuía su belleza oriental.

Tocó las Cuatro Estaciones de Vivaldi de forma soberbia. Con algunos rasgos particulares que no había oído en ninguna de las diferentes grabaciones que tengo de esta obra universal, pero que me gustaron mucho. En el primer movimiento del Verano golpeó por dos veces el suelo con el pie. No se si lo hace siempre o fue porque pensó que como estaba en España quería darle un aire flamenco. Los movimientos más lentos los tocó bien, pero me gustaron más los enérgicos.

La gran acústica del Palau ayudó a percibir todos los detalles del timbre de su violín incluidos los ruiditos de manipulación que siempre se escapan. Era impresionante el sonido que llegaba al anfiteatro. Todo el mundo aplaudió a rabiar al final del concierto, salvo un señor de la primera fila, que es abonado y que se le conoce porque nunca aplaude.

Salí rápido para casa. La noche estaba templada y agradable, ya no había ninguna nube en el cielo, y se veían las estrellas, las pocas que el potente alumbrado público de Valencia (debe ser el más fuerte de Europa) deja apreciar.

Cogí el coche y empezaron las noticias de las 10 de M80. Daban una noticia bomba: Joan Ignasi Pla dimite y una gestora presidida por Joan Lerma se hará cargo del PSOE hasta después de las próximas elecciones. ¡Vaya! que casualidad, había estado pensando en su nombre al entrar, y ahora vuelve a sonar por otra cosa. Casualidades.

viernes, 12 de octubre de 2007

Two Big Apples (1ª parte)

Dicen que el origen de denominar a Nueva York como La Gran Manzana, proviene del mundo de los clubs de Jazz del Harlem de los años 30. Se usaba la frase “hay muchas manzanas en el árbol, pero sólo una gran manzana”, con el objeto de significar la importancia de esta ciudad en el mundo del espectáculo. Posteriormente esta denominación fue usada en la prensa y luego se generalizó su uso. En los años 70, la oficina de turismo de Nueva York promocionó este apodo de la ciudad a fin de promover el turismo y de ahí hasta nuestros días.

Pero en los Estados Unidos existe otra gran manzana, está en la costa opuesta, en Palo Alto (California). Se fundó en abril de 1976 para vender un ordenador personal, el Apple I. Desde entonces han pasado más de 30 años, y lo que era una insignificante manzana ha pasado a ser una de las más apetecibles compañías de tecnología del mundo. [NASDAQ: AAPL]

En 1985 yo tuve mi primer contacto con la segunda manzana. En aquel año yo estaba cursando segundo de BUP, en un instituto público de barrio. En este instituto, un grupo de profesores muy majos y muy implicados en la educación, tenían la costumbre de realizar exposiciones sobre una determinada temática y algunos alumnos colaboraban en la preparación. Recuerdo perfectamente las que hubo durante mi estancia en aquel centro (hoy totalmente remodelado con la ESO). Hubo una muy interesante sobre la epidemia de cólera de Valencia de 1885 coincidiendo con su 100º aniversario, otra sobre el refranero español, otra sobre la apicultura y otra sobre el 10º aniversario de la transición a la democracia. Hubo otra con más caracter científico, en la que yo participé, y fue la dedicada a la visita del cometa Halley a la Tierra durante 1985/6.

Dentro de la exposición se había previsto dedicar una zona a la sonda Giotto. La misión Giotto fue la primera misión de la Agencia Espacial Europea destinada a un cuerpo del sistema solar distinto de la Tierra, el cometa Halley, y resultó un tremendo éxito, tanto científica como técnicamente.

Por aquel entonces yo tenía un ordenador ZX-Spectrum que se programa en Basic y ya me hacía mis programitas e incluso le construía hardware (le construí una placa con un conversor A/D y un D/A de 8 bits para audio). Por otro lado, en el instituto teníamos una asignatura optativa que se llamaba EATP en la que se podía escoger entre otras, Informática y allí el profesor nos enseñaba el lenguaje Pascal. Sólo había un ordenador en el instituto y estaba en el despacho del jefe de estudios, que era precisamente el profesor de Informática. Como yo me desenvolvía bien con el Pascal, me dejaba programar en él. Era un Apple IIe, provisto de un monitor de fósforo naranja y dos disqueteras de 5” y ¼. Con motivo de la exposición del Halley, propuse hacer un programa en el que se viera una animación gráfica de la trayectoria de la sonda Giotto y como se acercaba al cometa. Si no recuerdo mal, consistía en 2 animaciones, una general y una de detalle sobre el acercamiento final al cometa Halley. El ordenador se instaló en la sala de exposiciones, junto a todos los posters y maquetas y repetía la animación una y otra vez. Fue un éxito. No se donde puede estar el fuente de ese programa, pero me gustaría verlo, sería curioso.

Aquel Apple IIe no tenía nada que ver a los de ahora, por supuesto no tenía ventanas y tampoco tenía ratón ni disco duro. En una disquetera se instalaba el sistema operativo y en la otra el compilador de Pascal y el código que se estaba desarrollando.

Huelga decir que en 1985 no había Internet, ni suplementos de tecnología en los diarios y muy pocos en España que supieran que era Apple. Sólo el ZX-Spectrum empezaba a sonar en nuestro país y había una revista en los kioscos (Microhobby) dedicada a este ordenador que salió al mercado con un coste asequible. Apple tardó en introducirse con fuerza en España, dado que sus productos siempre tuvieron un coste superior a las otras alternativas del mercado.

El gran salto de Apple, fue cuando introdujo el Apple Macintosh con un sistema operativo con interface gráfica, orientado a ventanas. Ellos no fueron los inventores del ratón ni las ventanas como piensan algunos, sino fue la empresa Xerox PARC, también con base en Palo Alto. Steve Jobs vio las posibilidades de esta tecnología y la introdujo en sus ordenadores. Después le siguió Bill Gates en el Microsoft Windows, siempre un poquito por detrás de Apple en estos aspectos de usabilidad.

Desde aquella experiencia en 1985, nunca he vuelto a trabajar en un ordenador Apple. Tampoco he utilizado sus reproductores de música iPod. Sin embargo, mi reciente visita a la Gran Manzana me ha hecho tener un feliz reencuentro con la otra Gran Manzana, con Apple.

Continuará ….

martes, 25 de septiembre de 2007

W.A.F.

Hace bastante años, cuando estaba acabando mis estudios universitarios me apunté a una organización internacional de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos que se dedica a promocionar la I+D en este campo, el IEEE. Entre toda la información que me enviaban, aparecía publicidad de una sección que se denominaba IEEE Woman in Engineering. Me resultó curioso al principio, pero enseguida le vi el sentido. Durante mis estudios en la Universidad, en mi clase sólo tenía 3 o 4 compañeras, el resto éramos chicos. En general en la Universidad donde estudié había pocas chicas porque la mayor parte de las carreras eran técnicas. Sin embargo, es conocido que en la Universidad española hay un mayor número de mujeres, en cuanto a alumnos de nuevo ingreso son más del 55%, pero es que en egresados superan el 60%, es decir, tienen una menor tasa de abandono [1].

Es cierto, que a día de hoy se ven más mujeres en las carreras técnicas, pero siguen siendo menos de la tercera parte, por tanto, ¿a que carreras van? Pues a las carreras de humanidades, sociales o salud. Cuando preguntabas (o preguntas) porque ocurre esto, casi siempre obtienes respuestas ligadas a que es una influencia de la sociedad, una costumbre o un residuo de machismo. ¿Pero es esto así realmente, o estas respuestas son sólo políticamente correctas?

En principio una mujer está tan bien dotada o mejor que un hombre para estudiar una carrera, sólo hay que mirar las tasas de egresados que he referenciado antes. Si miramos a lo largo de la historia podemos encontrar mujeres premios Novel en campos científicos, son pocas, pero en consonancia con el porcentaje de mujeres que trabajan en ello.

Sin embargo, siempre te queda alguna duda sobre que esta poca implicación en las ingenierías de la mujer sea sólo cosa social o de costumbre. Ya había oído cosas sueltas sobre este tema, hasta que Punset (Redes) me lo aclaró todo. Este divulgador comenta, que numerosos estudios del cerebro humano (Neurociencia), han concluido que el cerebro del hombre y el de la mujer no piensan igual. Es una cuestión de la evolución. El la prehistoria el hombre era cazador y la mujer era recolectora y cuidaba a los hijos. Cuando el hombre salía a cazar, permanecía en silencio, sigiloso y atento para cazar a su presa. Debía de conocer bien el terrero, guiarse por los campos y bosques y buscar un algoritmo para cazar a la presa y que no se escapara. La mujer cuidaba de los hijos y pasaba mucho tiempo en contacto con otras mujeres de la tribu, comunicándose con ellas y compartiendo experiencias. Era minuciosa, responsable y muy constante en su actividad.

Obviamente con la evolución y el paso del tiempo estas diferencias se han ido atenuando, pero hoy todavía persisten ligeramente. La mujer tiene, por lo general (y siempre hablamos en líneas generales) más habilidades sociales, o por lo menos, su cerebro estás más predispuesto a ello, luego ya depende de que cada persona desarrolle o no esta capacidad. Por otro lado, el cerebro del hombre tiene una mejor visión espacial y mejores reflejos. De todo esto hay anécdotas curiosas y comprobables.
  • los hombres suelen interpretar más rápidamente un mapa de calles o carreteras
  • una mujer necesita hablar mucho más que un hombre, cuando tiene un problema o un inquietud
  • la mujer es mucho más empática que el hombre
  • los videojuegos atraen mucho más a los hombres
  • etc, etc
Y meterme en este berenjenal a que viene. Pues bueno, estaba la semana pasada en un congreso científico internacional en Alemania y una de las potencias la impartía el director de uno de los centros de investigación en tecnologías multimedia más importantes de Alemania. En un momento dado de su ponencia, hablando de impedimentos para la implantación de tecnologías avanzadas de altavoces, aparece en la transparencia el acrónimo WAF. Me quedé pensando que podía ser, casi lo intuía, hasta que llegó a ese punto de la transparencia y lo explicó. Me quedé anonadado, no por el significado del factor en sí, sino por haber incluido este término, considerado tan poco políticamente correcto en este contexto. El pragmatismo Alemán, quedó confirmado. No seré yo quien os explique que es WAF, sino la wikipedia.

viernes, 17 de agosto de 2007

La burra y la flaca

Gary Fisher, Joe Breeze y Charles Kelly eran tres americanos intrépidos que en los años 70 se dedicaban a hacer carreras de bicis por las agrestes montañas de California. Fueron modificando sobre la marcha la bicicleta tradicional para adaptarla a estos terrenos. Sin quererlo, inventaron a mediados de los 70 lo que hoy se conoce como bicicleta de montaña.

Hoy en día la mayor parte de las bicicletas que se venden son de montaña, aunque la mayor parte nunca llegan a utilizarse en estos terrenos. Esto sucede porque lo que llama la atención de las mismas no es sólo su funcionalidad sino su estética. La bicicleta de montaña es una de las máquinas que más ha evolucionado. Desde la pesada bicicleta de Fisher de más de 20 kilos, a las máquinas full-carbon de menos 7 kilos que se pueden adquirir hoy en día hay toda una serie de avances tecnológicos espectaculares. Las bicis de montaña no sólo se compran por su tecnología sino que entran por la vista. Las piezas que las componen son muy bonitas y en su confección participan no sólo ingenieros sino diseñadores. Es normal entrar en una tienda especializada en bicicletas y ver una vitrina con una exposición de potencias (es una pieza de entre 10 y 12 cm que conecta la columna de dirección con el manillar), de manillares o de bielas, todos con su brillo metálico que atrae como un imán a los amantes de estas máquinas.

Los forofos de la bicicleta de montaña se autodenominan “bikers” y con su “burra” forman un conjunto compenetrado. No suele haber dos burras iguales, ya que cada biker personaliza sus componentes a su gusto, ya en el momento cuando la adquiere, o bien a posteriori para mejorar sus prestaciones. Aunque para un neófito pueda parecer que todas las bicis son más o menos iguales, nada más lejos de la realidad. El cambio de una pieza de la bici supone un cambio en su comportamiento. Esta diferencia se aprecia de forma clara cuando la bici se somete a unas condiciones extremas, por ejemplo bajando una empinada y peligrosa pista forestal repleta de piedras, arena, baques, barro o toda una serie de traicioneros cambios del suelo por donde va pisando.

Los bikers suelen salir en grupos, lo cual es mucho más divertido y además en caso de problemas o accidente siempre tienes alguien que te ayude. Sin embargo el deporte es claramente individual. En la bicicleta de montaña se suele rodar respetando una buena distancia con el ciclista que nos precede para poder visualizar claramente las irregularidades del terrero o poder reaccionar ante un movimiento inesperado de dicho ciclista. El deporte combina la habilidad, el equilibrio, el arrojo, la fuerza y la resistencia física. Cuando estos tres californianos lo inventaron, construyeron un deporte claramente diferente al de la bicicleta tradicional.

El ciclismo tradicional, es el ciclismo de carretera, el del Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España. Este deporte lo conocemos todos desde siempre. Apenas ha cambiado en los últimos 50 años. Las bicicletas son muy parecidas, aunque han mejorado los materiales y se ha perfeccionado el sistema de cambio de marchas. Los nuevos materiales y el empleo generalizado de fibra de carbono y titanio han permitido reducir su peso enormemente, tanto que hoy en día la UCI ha tenido que poner freno a esta evolución para asegurar la igualdad entre equipos, poniendo cota mínima al peso de una bicicleta para competiciones oficiales. Este peso es de 6,8 kilos, por lo que algunas bicis necesitan ser lastradas con plomo.

Al igual que las burras, las flacas también tienen su marketing. Conozco aficionados que han invertido en su flaca más de 6000 euros. Igualmente cada aficionado se personaliza su maquina y generalmente la mima, la cuida y la lleva al mecánico al menor indicio de fallo.

A diferencia del ciclismo de montaña, el de carretera es un deporte mucho más de equipo. Aquí no es necesario guardar una distancia con el ciclista que te precede, sino al contrario, se intenta ir muy pegado (ir a rueda) para aprovechar el efecto de corte de viento que provoca el de delante y así reducir la fricción del viento propia. De esta forma el ciclista que va el primero de la fila, es el que “tira”, el que sufre el mayor rozamiento del viento y por tanto el que tiene que desarrollar un mayor esfuerzo físico. Cuando el que tira ya está cansado es relevado por un compañero que lo adelanta suavemente colocándose delante y adoptando ahora el papel de cabeza del pelotón. Estos relevos se van sucediendo entre los componentes del equipo de ciclistas o compañeros de salida. Cuando se va a rueda no se puede observar apenas el pavimento que te precede, por lo que el cabeza de pelotón es el que tiene que avisar al resto de posibles obstáculos en la carretera (un bache, una piedra, un animal muerto, etc). Cuando se sube un puerto fuerte, la velocidad baja considerablemente, entonces el efecto del viento no es tan importante y el pelotón puede romperse, ya que cada ciclista puede subir a un ritmo diferente.

Dos ruedas y dos pedales, pero dos deportes bastante diferentes: la habilidad, el arrojo, el individualismo del ciclismo de montaña y la constancia, la capacidad de sufrimiento físico y el espíritu de equipo del ciclismo de carretera. Dos máquinas: la burra y la flaca.

jueves, 2 de agosto de 2007

Su primera McVez

A principios de los 80 abrió en la plaza del Ayuntamiento de Valencia el primer Burguer King de la ciudad. En Madrid lo había hecho el año 1975, como aparece fielmente reflejado en la serie de TVE, Cuéntame como pasó. Entonces resultaba un sitio caro para los precios que se podían encontrar en los bares de la ciudad. Recuerdo que apareció una promoción mediante la cual llevando un bonobús usado y comprando un Whopper te regalaban otro. De esta forma salía un poco mejor de precio y recuerdo que iba algunas veces con mi mejor amigo a merendar aprovechando esta oferta.

Posteriormente al Burguer King entró en Valencia y en España el McDonnals y fue comiéndole terreno poco a poco al Burguer King, en la tónica de lo que sucede en el resto de España y del mundo. McDonnals viene a tener el doble de restaurantes (como los llaman ellos, aunque yo los llamaría bocaterías) que Burguer King.

¿Y a que viene a cuento esto?

Pues a algo curioso y que me hizo reflexionar lo suficiente como para ponerlo en el blog. Mi padre que ya está jubilado, no había ido nunca a ninguno de estos establecimientos, como muchas otras personas mayores que han mirado siempre con desconfianza y recelo estos sitios. La tarde del domingo pasado se presentó en mi casa de visita mi padre, junto con mi madre y otro de sus nietos y sobrino mío. Al rato, me propuso invitarnos a todos (junto con mi nano y mi mujer) a cenar al McDonnals.

Me quedé un poco sorprendido. Mi padre no me había llevado nunca a un Mac cuando yo era un adolescente, y si se lo hubiera pedido me habría mandado a paseo por la vía rápida. ¡Y resulta que ahora quiere llevar a sus dos nietos! Esto viene a reforzar el tópico de que los abuelos miman a los nietos y hacen con ellos todo lo que les negaron a sus hijos. En estos tres últimos años he comprobado con mi hijo y mi sobrino el tópico de que (en general) los abuelos malcrían a los nietos (sobre todo a los primeros).

Fuimos primero al Burguer King porque el que hay aquí en la playa tiene zona de juegos infantiles, pero había mucha cola para pedir y estaba muy mal organizada, lo que quitaba las ganas de esperar. En general he comprobado que los Burguer están peor gestionados que los Mac. Así que tomé la decisión de no hacer la cola (yo tengo muy poca paciencia para las colas, como mi padre) y nos fuimos al Mac. Esto era otra cosa, mucho mejor organizada la cola, más ágil y rápida y una sensación de más calidad del establecimiento.

Tocaba pedir, y mi padre me dijo que le pidiera lo que yo quisiera que él no tenía ni p*** idea. Mi madre me señaló la ensalada Cesar. Mi mujer y mi hermana ya sabían que hamburguesa querían y para los niños pedimos por supuesto el menú infantil. Todo con su bebida y sus patatas subió unos 37 euros.

Y aquí viene el dato interesante: cuando entraron en España resultaban caros, a día de hoy son más baratos que cualquier barecito de poca monta. ¿Qué ha sucedido? Según mi opinión varias cosas:

La materia prima de alimentación a día de hoy resulta muy barata comparada con la logística de llevarla a un sitio o a la mano de obra para cocinarla y servirla. Estas cadenas saben mucho de esto y consiguen con una gestión impecable, mantener un precio barato con un buen margen de beneficio. Además la mano de obra de la que se nutren no necesita mucha cualificación porque los procesos de elaboración están muy estudiados para que sean sencillos y fáciles de aprender. De esta forma subiendo los precios lo justo cada año (el IPC), consiguen llevar el negocio adelante y aumentar la clientela. Por otro lado, los bares de toda la vida con la entrada del euro subieron los precios muy por encima del IPC, por lo que se pusieron en desventaja de precios frente a estas cadenas.

Pese a la desconfianza, mi padre se comió toda la hamburguesa (un McRoyal) e incluso comió patatas, eso si, con cerveza, los refrescos son sólo para el cubata. Luego tomó un café, que me dijo que estaba bastante aceptable. Los niños estaban contentos con su juguetito y luego se relamieron con el cono de helado.

Muchos estaréis pensando en el concepto de la comida basura, las críticas que se vierten contra estos establecimientos y todas las campañas que se hacen sobre la bollería que se le da a los niños, etc, etc. Sobre la alimentación se están vertiendo en TV y prensa una serie de mitos y medias verdades que pueden despistarnos.

El tigretón, el phosquitos y la pantera rosa ya existían hace 30 años y tenían una composición incluso menos saludable que la de los bollicao de ahora. Idem con el clásico bocadillo de blanco y negro. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué hay ahora tantos niños obesos? Pensad, pensad, … Esto es materia para otro blog .

jueves, 26 de julio de 2007

País de hormigón

Tras visitar la Universidad donde trabajo, el director de un departamento de desarrollo de una importante compañía multinacional me confesó sentirse impresionado y a la vez extrañado. Por un lado estaba impresionado por la Universidad que acababa de visitar, tanto por su tamaño, como por la cantidad y la calidad de la investigación que se estaba desarrollando allí. Esto primero no es de extrañar, porque en Europa todavía se tiene la imagen típica de España, de un país de folclore, sol, siesta y fiesta.

Lo segundo que me confesó, es mucho más interesante y un tema para reflexionar seriamente. Sus palabras fueron más o menos estas (traducción del inglés).

- Con la intensidad de la investigación que hacéis aquí y la gran cantidad de estudiantes que formáis, ¿cómo es que hay tan pocas empresas de tecnología en España? ¿Qué hacéis con estos resultados? ¿Dónde van a trabajar vuestros estudiantes?

Esta reflexión ya se me había pasado muchas veces por la cabeza. También recuerdo haberla comentado con personas de mi ámbito que compartían esta misma idea o parecidas.

¿Comparten esta inquietud los dirigentes de la Universidad y los políticos?

Los primeros estoy seguro que la conocen, creo que también la comparten e incluso algunas veces, tímidamente la comentan. Sin embargo, un exposición pública, crítica, abierta y sin tapujos de esta realidad, parece que no es políticamente correcta. Hay que decir en su favor que se están aplicando programas para dar a conocer la investigación de la Universidad a las empresas, aunque desgraciadamente en la mayoría de casos estos esfuerzos caen en saco roto porque las empresas no se sienten atraídas o tienen dudas y/o desconfianza.

De lo segundos, más que rabia, me da vergüenza hablar. Especialmente de los que me pillan más de cerca, cuya política apuesta firmemente por el tópico de país de sol, turismo y fiesta, pero eso si, revestido del glamour que dan las velas al viento, o el brillo de las carrocerías de fibra de carbono de los monoplazas. Todo el esfuerzo para fomentar las empresas de base tecnológica consiste casi, casi, en inventarse unos premios, los Nova, que no entiendo muy bien, o en conseguir que no se les vaya la Ford de Almussafes.

Está claro que el turismo es una gran fuente de riqueza para nuestro país y hay que seguir fomentándolo de una manera sostenible, pero:

  • ¿Estamos predestinaos a seguir siendo principalmente un país de vacaciones y fiesta?
  • Si España fuera un país de clima frío y de cielos cubiertos, ¿tendríamos más tecnología?
  • ¿Por qué Finlandia, un país sin trascendencia en la historia y prácticamente despoblado es el líder en tecnología de telefonía móvil?

Es un tema complicado y una pescadilla que se muerde la cola. Si no hay empresas de tecnología en las que invertir, el capital apuesta por la construcción y el turismo. Si no hay capital riesgo, no se crean empresas de tecnología.

El boom de la construcción se venía venir. Hace unos pocos años estuve en Londres por temas de trabajo y quedé con mi primo que trabaja allí desde hace años (por cierto, España exporta egresados de enfermería y medicina a UK). Me comentó que acababa de leer una noticia en un diario londinense que comentaba una estadística muy interesante que se había hecho en el Reino Unido. Los resultados estimaban que tras la jubilación, a un 70% de británicos les gustaría irse a vivir a otro país, y de ese 70%, aproximadamente un 70% quería venirse a España. Multiplicando porcentajes obtenemos que aproximadamente el 50% de los británicos quiere venirse a vivir a la piel de toro cuando se jubile.

De Alemania o de otros países del norte de Europa no conozco estadísticas, pero me imagino que el interés es muy similar, a juzgar por el incremento de población europea en la costa de Alicante o la progresiva compra de Mallorca por los Alemanes.

Construcción y hormigón riman con corrupción. Todo es pelotazo y dinero fácil. Es muy difícil que en el contexto actual un inversor apueste por empresas de tecnología con alto riesgo y gran dedicación, cuando una buena recalificación, un PAI donde toca o una buenas relaciones con un alcalde proporcionan unos beneficios rápidos, fáciles, sin riesgos y con unas plusvalías extremadamente atrayentes.

El peligro de todo esto es que estamos cambiamos nuestro territorio por Audis, Mercedes y BMWs. Los alemanes nos venden coches de alta gama, cargados de nuevas tecnologías que han colaborado a la creación de muchos puestos de trabajo de calidad en Alemania. Estos coches son un bien perecedero y a los pocos años su valor es cero. Sin embargo, ellos nos compran con ese dinero que ganan terrenos y casas, un valor de por vida.

La Unión Europea ya nos ha dado un toque. No se puede explotar el territorio de esa manera. Esperemos que la ligera crisis de la construcción en la que nos encontramos sirva para verle las orejas al lobo y que alguien sea capaz de darle una salida al potencial que tenemos en la Universidad. O quizá la Universidad tiene que revelarse desde dentro, aunque no se si está todavía preparada.

viernes, 20 de julio de 2007

In-train-cesdente

- 6:30 h
Piiiii, piiiii, piiii, … Hora de levantarse.
Afeitado y ducha rápida. Vestirse adecuadamente para la ocasión.
Vaso de leche con Nescafé tomado de pie, casi de un trago.

- 7.05 h
Salgo a la calle y al poco de caminar, veo el autobús urbano que por la avenida se aproxima a la parada. Salgo al trote, aunque creo que no lo voy a coger. El autobús hace la parada. Cruzo peligrosamente la avenida, primero un lado, ahora el seto. El autobús hace amago de arrancar. En ese preciso momento el chofer ve como voy corriendo hacia él. Me lanza una mirada de complicidad y pisa el freno. Acabo de cruzar y subo. Le doy las gracias y le pregunto el precio: 1,25. Pago y me siento. Parece que el día empieza muy bien.

-7.25 h
Llego con tiempo de sobra a la estación, quedan 25 minutos para que salga el tren.. Aprovecho para recopilar los 3 periódicos gratuitos y me siento a leerlos. El los tres lo mismo, el trazado del circuito urbano. Hoy la cosa va de velocidad.

-7.50 h
Sale el tren. La temperatura es buena y los asientos de preferente muy confortables. Me dan el periódico y luego me sirven el desayuno. Todo bien menos el café, que sabe a neumático requemado. Empiezan las llamadas de móvil entrantes y salientes de los pasajeros. Los cortes son continuos. Parece que mejorar la cobertura a lo largo del trazado de esta línea no interesa a las operadoras, quizá porque en poco tiempo entrará en servicio la nueva vía del AVE que discurre por otros parajes.

-11:19 h
El tren llega a su destino con tan sólo unos 4 minutos de retraso. Perfecto, no voy a llegar tarde. Salgo de la estación y tomo un taxi. No tiene puesta la COPE, sino una musiquilla facilona. Pasamos por la Gran Vía. Reconozco al fondo el edificio con el luminoso de Sweeps que inmortalizó Alex de la Iglesia en “El día de la bestia”. Luego la calle de la Princesa, que me suena del Monopoli. Llegamos a la Ciudad Universitaria. Son 12,25 euros, el taxi en Madrid es caro.

-11:50 h
Después de sacar un café en la máquina (50 céntimos), entro en la sala y saludos a todos los conocidos. Comentamos brevemente como nos va. Dejo mis cosas en uno de los 5 asientos de la mesa.

-12:00 h
Comienza la sesión con exquisita puntualidad. El candidato está tranquilo, seguro de lo que explica, como aquel que sabe que después de mucho tiempo y dedicación ha conseguido dominar algo. Emplea poco menos de una hora. Comienza el turno de preguntas del tribunal. Todos nos extendemos bastante, hasta las 14:30. El público se retira para que el tribunal califique. Papeleo y el candidato entra para recibir la calificación. Aplausos.

-15:40 h
Llegamos al restaurante. Es un famoso asador de la ciudad frecuentado por ases del balompié, deportistas, actores y famoseo en general. Todas las paredes están repletas de fotos de famosos que han visitado la casa. En muchas de ellas posan con el mismo señor, supuestamente el dueño del negocio. Me detengo en una del Buitre cuando era un chaval. Este sitio debe llevar muchos años abierto.

-18:00 h
Acabamos de comer a una hora donde en Europa están cenando. La comida no ha estado mal, pero me esperaba más. Supongo que en su momento este sitio sería muy bueno, pero hoy en día se pueden encontrar asadores como éste en muchas partes y a precios más competitivos. Todo evoluciona y supongo que cada vez exigimos más.

-18:15 h
Tras charlar un rato en la puerta y despedirnos, uno de los comensales se ofrece a llevarme a la estación en coche. Otro se ofrece a acompañarme al metro puesto que va en la misma línea y dirección que yo. Al final escojo irme al metro, por no molestar y porque me comentan que resulta más rápido que el coche a estas horas.

-18:22 h
Entramos al metro. Nos dicen que hay un pequeño retraso de 5 minutos en el tren. No parece mucho. Enseguida llega y subimos. Al poco rato se para en el túnel. Comentan que hay problemas técnicos. Malo. Vuelve a arrancar y llega a la siguiente estación. Barajo la idea de bajar del metro y buscar un taxi. Mi compañero de viaje me recomienda que siga, que no será nada. Al final vuelve a arrancar. Sin embargo se vuelve a parar repetidamente muchas veces más. La cosa no pinta bien. Llego a un momento de no retorno, salir a buscar un taxi ya no es solución, hay que aguantar y ver si hay suerte. Quedan 10 minutos, lo veo negro. Mi compañero se baja en su parada. A mi me quedan 3 para llegar a la estación.

-19:02 h
Llego a la estación. Salvo que haya habido algún retraso ya lo he perdido. Los paneles ya no lo marcan. Después de caminar hasta la zona de grandes líneas me dirijo al escáner. La chica de seguridad me dice que ya ha salido. Le creo. Me vuelvo a atención al cliente a ver que puedo hacer. Hago un poco de cola y me dicen que vaya a taquillas. En taquillas hay unas colas tremendas. Le cuento mi caso a un seguridad antes de ponerme a la cola y me dice que tengo que volver a atención al cliente a justificar el retraso y que me pongan un sello en el billete. Vuelvo, y tras preguntarme el motivo me creen y me ponen el sello. Parece que no he sido el único que ha perdido el tren.

-19:30 h
Me pongo en una larga cola para los billetes de salidas en el día. La sala de venta de billetes está repleta. Hay como unas 10 colas como la que yo estoy, todas ellas larguísimas. La visión es tercermundista. Tiro una foto del espectáculo con el móvil. La gente está nerviosa e irritada y no es para menos. Parece mentira que se inviertan fortunas en vías y trenes de alta velocidad y luego el servicio de venta sea tan sumamente deficiente. Y eso que es jueves, no me quiero imaginar esto un viernes por la tarde. Empiezo a ponerme nervioso porque la cola avanza muy lenta y creo que el último tren es a las 20:00. Un señor se intenta colar. Dos señores de delante de mi que van a comprar un billete del AVE para Sevilla le llaman la atención. El espabilado pone una excusa boba, entonces intervengo yo y ya desiste de su intento.

-19:50 h
Es mi turno. Le explico el caso al chico de taquilla. Mira el sello que me han puesto con cara rara y se lo lleva a otra taquilla para preguntarle a un compañero. Al cabo de un rato vuelve y empieza a teclear. Me pongo nervioso, cabe el peligro de que ya no me den el ticket por estar a punto de salir, o que ya no queden plazas. Finalmente veo en su pantalla que el tren sale a las 20:20. Uff, la primera de las opciones ya no es un problema. Me pide la VISA con la que pagué el billete. Todo OK, me cobran un sobrecargo de unos 13 euritos y me dan el billete.

-20:20 h
Sale el tren. Primero me ofrecen un zumo, luego la prensa y al cabo de un rato la cena. Me relajo y me pongo los auriculares. Suena la canción “Speed of Sound”. Está claro: lo de Speed es por el circuito urbano y lo de Sound ha sido el objeto de este viaje.

-23:45 h
Final de trayecto.

miércoles, 18 de julio de 2007

La comarca de “Els Ports”

Si alguien me pidiera que le recomendara algún lugar de España para ir a relajarse unos días, le diría sin duda que se fuera a la comarca castellonense de “Els Ports”. Sus pueblos transmiten una paz difícil ya de encontrar en otras partes de España. La luz que ilumina sus montañas es especial. Hay otros lugares montañosos o parques naturales (Cazorla, Ordesa, Albarracín y los Montes Universales, el Cadí, …) que son muy bonitos, pero la luz, el silencio, el olor, no son los mismos que forman el microclima tan particular de esta comarca.

Pero la paz no solo la transmite la naturaleza, la transmiten también sus gentes, empezando por la forma de hablar que es relajada, amable y musical. El Valenciano es la lengua predominante, con el acento típico de la provincia de Castellón, pero claramente influenciado por la prosodia aragonesa. Esa influencia maña, se hace más o menos acentuada según la cercanía de cada población a la comarca turolense de El Maestrazgo. En Villafranca del Cid es especialmente marcado, quizá por su cercanía a la vecina población de la Iglesuela del Cid que ya es de Teruel. Aquí las fronteras geográficas coinciden exactamente con las fronteras idiomáticas. A un lado de la raya se habla Valenciano y al otro Castellano, el cambio es radical, cosa que no ocurre en otras zonas de contacto lingüístico de España donde el cambio es más progresivo. Quizá el aislamiento y las malas comunicaciones favorecieron en el pasado esta falta de contacto.

Aprovecho la mención a estas dos poblaciones para destacar el precioso puente gótico-romano que nos encontramos cuando de camino de una a otra se cruza el "Riu de les Truites", frontera entre Aragón y el País Valenciano y que fue por el cual el rey Jaime I cruzó y pisó por primera vez las tierras del Reino de Valencia.

Por cierto, aprovecho para decir que el término Comunidad Valenciana para designar nuestra tierra me parece espantoso y creo que incluso nos desmerece y empequeñece como pueblo. Cualquiera de los otros dos, me parece mucho mejor.

Si queremos entrar a la comarca de Els Ports y venimos desde el sur, el camino más corto y el más recomendable es subir a la misma por el puerto de Ares. Tanto Ares del Maestre como Villafranca pertenecen oficialmente a la comarca de “L’Alt Maestrat”, pero la barrera geográfica del puerto de Ares y la pura lógica indican claramente al visitante que forman un todo indivisible con Els Ports. La subida al Coll d’Ares (1173 m) es realmente bonita. Desde algunas de sus pronunciadas curvas podemos ver la población de Ares en lo alto, junto a la Mola d’Ares. Salvando las distancias, la visión nos puede recordar a un cuento de Tolkien, con esos castillos imposibles en lo alto de escarpadas montañas.

Al pasar el puerto de Ares y después de la bifurcación a Castellfort, nos encontramos con una gran planicie a 1000 metros de altura, rodeada de montañas. Esta planicie fue utilizada como aeródromo durante la Guerra Civil. Las vistas de esta planicie desde la Mola d’Ares son impresionantes. Lástima que desde hace un año, una horda de aerogeneradores equiespaciados como colmillos en la cresta de la montaña que discurre paralela a la planicie, desmerecen un poco la vista.

Comentar en este blog todos los detalles de esta comarca se haría muy largo. Es una comarca de leyendas y tradiciones, fiestas populares, patrimonio y folclore de un valor incalculable. La he visitado bastantes veces, desde que era muy pequeño, y siempre me ha atraído como un imán. Los recuerdos de cuando fui de pequeño a algunas bodas de familiares maternos se me han quedado grabados muy gratamente en mi memoria. Recuerdo siempre a todo el mundo muy amable, muy feliz y como libre de malos rollos.

Merece la pena visitar todos sus pueblos, pero por destacar algunos además de los comentados, os dejo los enlaces: Forcall, Castellfort, Cinctorres, Zorita y por supuesto la capital, Morella.

Podéis alojaros en buenos hoteles (principalmente en Morella), o bien optar por una de las numerosas y auténticas casa rurales que ofertan todos sus pueblos. La gastronomía también es otro aspecto a disfrutar. Os recomiendo el restaurante El Faixero en Cinctorres. No dejéis de probar el ternasco o alguno de los platos preparados con trufa (muy abundante en los campos de la comarca) y de postre no privaros de una cuajada.

En otra ocasión hablaré de los pueblos limítrofes del Maestrazgo turolense, que también he visitado en muchas ocasiones.

martes, 17 de julio de 2007

Hoy empiezo mi blog

No se si os pasa a vosotros, pero a mi algunas noches no me apetece irme a la cama. No porque no tenga sueño, sino porque me acaban de venir ideas a la cabeza, o me aparecen dudas que resolver o curiosidades que satisfacer y que me parecen más importantes que el sueño de esa noche. Hace años, estas dudas no podían ser satisfechas a altas horas de la noche, salvo que durmieras en una gran biblioteca. Incluso en una gran biblioteca podría resultar complicado satisfacerlas. Supongo que ya me veis venir ... Si, Internet !!! El gran avance de nuestra generación ha sido la red de redes, sin duda. Ni la llegada la luna, ni la energía atómica ni nada que se le acerque. Internet es la madre del cordero del conocimiento distribuido (distributed knowledge ?) y Google y la Wikipedia la puerta de entrada a la knowledge dome.

Pero ya comentaré otro día mis experiencias con la red y recordaré la primera vez que usé un navegador (el Mosaic).

El asunto es que hoy me he quedado consultando cosas en Internet y en un determinado momento he decidido que me iba a hacer un blog. Varios han sido los motivos:

1) Era una de las aplicaciones de Internet que no había probado y tenía ganas.
2) Esta noche he visitado el blog de una persona y me ha parecido muy interesante y me ha animado más.
3) Ya me acerco a los 40 y los años corren muy aprisa, y el blog puede servir a modo de diario o de recuerdos.
4) Una amiga me ha dicho esta mañana que si escribes lo que te pasa (o lo que piensas añado yo) puedes ver que en realidad haces muchas cosas durante un año.
5) Creo que escribir las cosas que te pasan o piensas, ayuda a reflexionar y a mejorar tu vida.
6) Los demás te pueden conocer mejor (se supone que para bien).

Si se os ocurren más cosas por las que hacer un blog, podéis replicar a este mensaje y aportarlas.

Aun no he pensado como orientaré el blog. Podría enfocarlo de una manera estrictamente personal y contar sólo experiencias personales, o bien darle un enfoque técnico y contar novedades científicas y técnicas que me interesen o me sorprendan. Creo que no me limitaré a ninguna de las dos, haré en principio algo mixto y a ver que pasa.

Como primer mensaje creo que ja n'hi ha prou, no me enrollo más que ya es un poco tarde y mañana hay una personita que toca diana.

Bona nit